Del hablar, escribir y leer en el ensayo de Ortega

Laburpena

El hecho de hablar y escribir en Ortega manifiesta una estructura de la temporalidad que constituye "una realidad" concreta hecha palabra, y que configura su obra; aunque la verdadera palabra para Ortega es la hablada, o lo que es lo mismo, la comunicación cogitativa. Su propósito era la involución del "libro" hacia el diálogo. El decir de Ortega, escrito o hablado, es un arma de clarificación de la vida en común. La palabra de Ortega está definida a partir de su proyecto vital y ensayístico. No obstante, ha hecho del ensayo un juego conversacional, primariamente. El Ortega lector ensayista define el ensayo como un viaje personal e intelectual a la caza de algo nuevo. Es el orden fortuito de este género literario, determinado por la propia libertad del pensamiento. Ortega se define como espectador, un amigo de mirar, un lector meditabundo, y sobre todo sin prisa, De este modo, su ensayo se presenta bajo forma de perspectiva interpretativa, una lectura, que nos devuelve a la realidad secundaria en la que el texto es incorporado se hace carne y habla.