La relación entre las dicotomías cultura-naturaleza, hombre-mujer y humano-animal en el pensamiento feminista

  1. Rodríguez Carreño, Jimena
Dirigida por:
  1. Montserrat Galcerán Huguet Director/a
  2. Marta Isabel González García Director/a
  3. Txetxu Ausín Díez Director/a

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 08 de enero de 2016

Tribunal:
  1. María del Carmen Colmenar Orzaes Presidente/a
  2. Blanca Rodríguez López Secretario/a
  3. Alicia H. Puleo García Vocal
  4. Ana de Miguel Álvarez Vocal
  5. Concha Roldán Panadero Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La relación entre las dicotomías cultura-naturaleza, hombre-mujer y humano-animal en el pensamiento feminista Gran parte del pensamiento feminista ha combatido el dualismo hombre/mujer al tiempo que ha tolerado el que enfrenta a la naturaleza con la cultura y a los humanos con los animales. Lo cierto es, sin embargo, que estos tres dualismos se encuentran tan vinculados que, para combatir uno de ellos, hay que combatirlos todos. Mostrar esta relación esencial entre dichas dicotomías es el objetivo fundamental de este trabajo. Al analizar tales dualismos, surgen otros también de gran importancia y vinculados a los anteriores: razón/emoción, mente/cuerpo y sujeto/objeto. Si, por un lado, el feminismo ha sostenido los dualismos cultura/naturaleza y humano/animal; por otro, los teóricos varones más influyentes que han criticado este último han tendido a caer en la dicotomía razón/emoción. Al negar la importancia de las emociones como fuente legítima de decisión moral, contribuyen a reforzar la idea de que las emociones son algo de lo que hay que desconfiar, pues son variables y caprichosas (como se ha dicho históricamente del carácter femenino). El hecho de negar la importancia de las emociones en la moral es una manifestación del rechazo de nuestra naturaleza. Del mismo modo, el desprecio del cuerpo, su constante vinculación con la biología y la animalidad, es otra forma más de rechazar lo que de natural hay en el ser humano. Una de las mayores manifestaciones de este hecho la encontramos en el pensamiento cartesiano. Se trata de un pensamiento alejado de los sentidos ¿que históricamente se han asociado a lo femenino-, que busca la racionalidad pura ¿vinculada a lo masculino-. De este modo, puede decirse que el método cartesiano, en tanto que se basa en la pura intelectualidad, es ¿masculino¿. Otra cuestión esencial en relación al modelo de razón cartesiana es que se encuentra en la base de la ciencia occidental. Además de la división entre mente y cuerpo, el dualismo sujeto/objeto aparece aquí como algo básico. Nuevamente, es posible aludir a las diferencias de género y sostener que el hecho de poner una gran distancia entre el investigador y el objeto de estudio, con el fin de garantizar la objetividad, es algo que podría considerarse más cercano al modo de proceder de los varones que de las mujeres. A este respecto, resulta muy positivo que, desde el feminismo, se plantee la posibilidad de una epistemología diferente capaz de incorporar las características tradicionalmente consideradas femeninas. Esto no implica que debamos renunciar a la objetividad científica. La cuestión radica más bien en hacer ver que la separación absoluta entre sujeto y objeto constituye un ideal inalcanzable; pues lo humano y lo no humano están en una constante interacción que da lugar a mezclas y combinaciones que impiden establecer límites claros entre lo natural y lo cultural. Otra crítica que se puede hacer a la ciencia, muy relacionada con la división entre naturaleza y cultura, es la frecuencia con la que ha caído en el determinismo biológico. Para terminar con este tipo de pensamiento, que perjudica a las mujeres al naturalizar sus roles, es necesario que nos opongamos también a él en lo que a los animales se refiere. Si mantenemos la creencia de que estos seres son pura biología, será fácil trasladarla después a ciertos seres humanos. Desde el ecofeminismo animalista se critica a la teoría feminista ¿clásica¿ el hecho de haber contribuido a sostener la dicotomía cultura/naturaleza y humano/animal. Si tenemos en cuenta que la estructura patriarcal constituye la base de todos los tipos de dominación, entonces debemos concluir que es necesario encontrar una estrategia común para combatir todos ellos.