Las cuevas de la Sierra de Atapuerca y el uso humano del paisaje kárstico durante el Pleistoceno(Burgos, España)
- A. I. Ortega 1
- A. Benito-Calvo 1
- M. A. Martín
- A. Pérez-González 1
- J. M. Parés 1
- J. M. Bermúdez de Castro 1
- J. L. Arsuaga 2
- E. Carbonell 2
- 1 Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH)
-
2
Universidad Complutense de Madrid
info
ISSN: 0366-0176
Ano de publicación: 2018
Volume: 129
Número: 1-2
Páxinas: 83-105
Tipo: Artigo
Outras publicacións en: Boletín geológico y minero
Resumo
El karst de la Sierra de Atapuerca representa un interesante sistema multinivel, inactivo y heredado de antiguos niveles de base plio-pleistocenos, que alberga los enclaves prehistóricos más importantes para el conocimiento del poblamiento antiguo en Eurasia, y que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2000 por la UNESCO. Estas cuevas se originan a partir de conductos subhorizontales con paleodrenajes en sentido SN, localizándose la zona de descarga en la cabecera del río Pico. Los conductos están organizados en tres niveles principales que aparecen colgados entre 90 y 60 m sobre el actual cauce del río Arlanzón, coincidiendo con los niveles de base generados por sus terrazas fluviales T2, T3 y T5. La incisión fluvial liberó de las aguas los conductos superiores mientras se excavaban los niveles inferiores del karst. Las cuevas que iban quedando accesibles fueron utilizadas por la fauna y los homininos, conservando un registro arqueo-paleontológico de más de 1,2 Ma.