D. Martín Domínguez Berruetavida y obra de un profesor universitario. Contribuciones ético-sociales, pedagógicas y literarias

Resumen

A Martín Domínguez Berrueta (Salamanca 1869 - Granada 1920) se le relaciona indefectiblemente con Federico García Lorca, el más relevante de sus alumnos de la cátedra de Teoría de la Literatura y de las Artes de la Universidad de Granada. Adscrito intelectualmente a la Institución Libre de Enseñanza, Domínguez Berrueta realizó con García Lorca viajes académicos por España que fueron germen de su primer libro en prosa, Impresiones y Paisajes (1918) y determinantes de su vocación literaria y estética. Pero Domínguez Berrueta no fue el profesor a la sombra del poeta; de fuerte personalidad, dotado de una mente lúcida, capaz de avanzar en los métodos de enseñanza universitaria en un ambiente dominado por la resistencia al cambio, ejerció un claro liderazgo pedagógico y abanderó ideas de renovación hasta su muerte, ocurrida prematuramente cuando contaba 51 años de edad. Además de ello es notable su contribución a la mejora de las condiciones materiales y morales de la sociedad salmantina a través de su labor periodística en El Lábaro, del que fue director (1897- 1910), su contribución a la innovación educativa a través de sus publicaciones en la editorial Hijos de Santiago Rodríguez y su condición de publicista de la cultura e impulsor de iniciativas de extensión universitaria. El descubrimiento de estas potencialidades revela que Domínguez Berrueta es un desconocido pese a la imprescindible mención obligada de su nombre en toda biografía de García Lorca. La ausencia de una obra sobre el profesor en la que se aborden su biografía y sus importantes contribuciones ético-social, pedagógica y literaria a través de la cuales propició el cambio de comportamientos y mentalidades de la sociedad de su tiempo, son justificación científica de esta tesis, diseñada metodológicamente a través del método histórico pedagógico o histórico educativo. Se realiza, en suma, un estudio monográfico abordado en la consideración de la Historia no como relato sino como ciencia interpretadora de los hechos, en el convencimiento de que el conocimiento de lo sucedido en el pasado lo explica y permite profundizar en el análisis del mundo actual