Imaginería gótica burgalesa de los siglos XIII y XIV al sur del Camino de Santiago

  1. Martínez Martínez, María José
Dirixida por:
  1. Fernando Gutiérrez Baños Director

Universidade de defensa: Universidad de Valladolid

Fecha de defensa: 25 de novembro de 2016

Tribunal:
  1. Jesús María Parrado del Olmo Presidente/a
  2. Rafael Domínguez Casas Secretario
  3. René Jesús Payo Hernanz Vogal
  4. Rocío Sánchez Ameijeiras Vogal
  5. Clara Fernández-Ladreda Vogal

Tipo: Tese

Resumo

En esta Tesis Doctoral se aborda el estudio de la imaginería burgalesa de los siglos XIII y XIV al sur del Camino de Santiago desde un enfoque global, en el que la devoción, la iconografía y el estilo se consideran elementos complementarios. La ausencia de estudios científicos sobre imaginería gótica burgalesa ha propiciado que la aproximación historiográfica adquiera un protagonismo especial. Además, nuestra provincia carece de un catálogo monumental y artístico del que hayamos podido partir. Por ello, ha sido necesario el recorrido exhaustivo del territorio que ha aportado un elevado número de imágenes inéditas. Para el estudio de las esculturas se han creado dos apartados. En el primero, se ha emprendido el análisis de las obras realizadas por artífices de escultura monumental, en su mayoría pertenecientes a la catedral de Burgos, que destacan por su elevadísima calidad y datación temprana. Algunas de estas imágenes se convirtieron en tallas tipo de sus series. En el segundo apartado se aborda al estudio de las otras tallas, algunas de elevada calidad, atendiendo a una clasificación iconografía. Los temas representados son: el Crucificado, el Calvario, el Descendimiento, Cristo resucitado mostrando las llagas, la Santísima Trinidad como Trono de Gracia, representaciones de la Virgen (la Anunciación, la Virgen sedente con el Niño, la Virgen de pie con el Niño y la Virgen de la leche), santa Ana triple y los santos (apóstoles: san Andrés, san Bartolomé, san Juan Evangelista, san Pedro, Santiago el Mayor (sedente y peregrino) y santos: san Clemente, san Esteban, san Juan Bautista, san Martín de Tours, santa Águeda, santa Basilisa, santa Catalina de Alejandría, santa Elena, santa Lucía y santa Margarita). De todos ellos se ha realizado un estudio sobre el origen de la iconografía y su evolución hasta el período gótico. Para poder datar las esculturas nos hemos ayudado de obras pertenecientes a otras expresiones artísticas, entre las que destacan la escultura monumental y la funeraria, y de otras disciplinas, como la heráldica, la moda o la literatura. Entre las aportaciones de esta tesis cabe destacar el rico patrimonio analizado, con 352 esculturas, algunas de ellas de una calidad excepcional. También es significativa la temprana datación de varias imágenes respecto al panorama peninsular. La primera obra burgalesa plenamente gótica es la Virgen del Manzano de Castrojeriz, realizada hacia 1235-1245. Por otro lado, son varias las esculturas que se pueden relacionar con imágenes peninsulares y europeas. Consideramos que este trabajo puede contribuir a un mejor conocimiento de la escultura de otras provincias, sobre todo de las limítrofes, y a completar los estudios europeos destinados a las tipologías de los Crucificados dolorosos y los Crucificados articulados, porque las tallas burgalesas no aparecen en las investigaciones existentes. Además, se ha constado la presencia de esculturas burgalesas singulares, algunas por su funcionalidad, otras por su iconografía y escasas representaciones y las últimas por el elevado número de obras conservadas, a diferencia de otros enclaves. Entre las primeras destacan dos imágenes articuladas: el Santiago sedente de Las Huelgas y el Santo Cristo de Burgos de los Agustinos. La talla de Las Huelgas se creó para armar caballero a Alfonso XI y para poder participar de forma activa en esta ceremonia puede articular los brazos. El Santo Cristo de Burgos se realizó para protagonizar los ceremoniales de Semana Santa, porque puede mover varias partes del cuerpo (cuello, hombros, codos, dedos de las manos y piernas). En aras a un mayor realismo se emplearon diversos materiales (madera, piel bovina, cabello natural, lana picada, asta, estopa y una calabaza). Otras esculturas burgalesas son singulares por el reducido número de representaciones iconográficas existentes. Destacan los Crucificados dolorosos (Santo Cristo de Burgos de los Agustinos y Santo Cristo de Burgos de los Trinitarios) por pertenecer a tipologías europeas, y por ser obras importadas. También comparten su elevada calidad. Además, se ha inventariado un Cristo Resucitado mostrando las llagas realizado en madera, tipología escasa entre las imágenes lígneas. Esta situación se reitera en la imagen de la Santísima Trinidad como Trono de Gracia. Otra iconografía singular son las Anunciaciones hispánicas, presentes en los reinos de Castilla y León, Galicia y Portugal, en las que María se muestra en avanzado estado de gestación. La tipología se ha enriquecido con un grupo burgalés. Existen dos iconografías que destacan por el elevado número de tallas que se conserva en el territorio en estudio, a diferencia de otras provincias. La primera corresponde a las representaciones del Descendimiento. Es llamativa la concentración de tallas en Burgos, que es la mayor del gótico peninsular. La segunda representa a Santa Ana triple. Otra aportación es el elevado número de imágenes de María sedente con el Niño que incorpora, 147, y su variedad tipológica. Se han podido formar siete variantes, entre las que sobresale la de las Vírgenes alfonsíes: un tipo especialmente caracterizado y de singular proyección de Virgen sedente con el Niño burgalesa. Este tipo se extendió por varias provincias españolas, en algunas de las cuales tiene un arraigo especial. El catálogo ocupa un espacio destacado de esta tesis, por el importante número de imágenes no publicadas que incorpora. Así mismo, se ha creado otro capítulo dedicado a las esculturas en paradero desconocido. Por último, se ha destinado una amplia extensión a la bibliografía, tanto nacional como extranjera. Entre las numerosas obras consultadas destacan los manuscritos, los más antiguos se escribieron en el siglo XVII y el más moderno hacia 1940. También se ha incluido un elevado número de publicaciones españolas y extranjeras que, además de servir para el estudio de las esculturas burgalesas, han ayudado a hacer una valoración de las mismas respecto al contexto nacional e internacional.