Objetividad/SubjetividadMarcar gramaticales y léxicas en la prosa académica en cuestiones de lengua (Español y Fránces)
- Oloume, Francis Manuel
- María de las Mercedes Marcos Sánchez Directora
Universidad de defensa: Universidad de Salamanca
Fecha de defensa: 25 de junio de 2015
- Julio Borrego Nieto Presidente
- Marina A. Maquieira Rodríguez Secretario/a
- Carmen Hoyos Hoyos Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
[ES]Esta tesis empieza por los oportunos planteamientos metodológicos y teóricos sobre la prosa académica considerando los criterios de objetividad y subjetividad. Luego, se procede a un estudio empírico con el propósito de correspondiente a la doble formulación directa siguiente: ¿cuáles son las marcas gramaticales y léxicas de la subjetividad en el discurso y cuáles son las marcas gramaticales y léxicas que emanan de la voluntad de conseguir una prosa objetiva en el corpus? Los primeros indicios que nos han interesado y que han constituido el primer capítulo de la parte empírica del presente trabajo han sido las marcas de la presencia del (inter)locutor en el discurso, los que comúnmente se consideran como marcas lingüísticas de la subjetividad, seguidas de las que intentan enmascarar la misma presencia, dando lugar a una aparente objetividad. Las marcas gramaticales de la presencia del locutor (e interlocutor) en el corpus son las que se han denominado y estudiado como deícticos. Se han podido resaltar a este respecto cinco clases de deícticos: los personales (yo/je, me, mi/mon, nosotros/nous, nos/nous, nuestro/notre), espaciales (aquí/ici, allí/là, este/celui-ci, ese, aquel/celui-là y otros), temporales (hoy, en la actualidad/aujourd¿hui, , antes/auparavant, ayer/hier y otros), sociales (tú, usted) y modales (así, de esta forma, de este modo/ ainsi). Las principales marcas gramaticales de esta presencia, a saber, los deícticos personales (§3.1.1) se han segmentado en dos categorías. La primera, integrada por el yo, identificado como marca gramatical de la (hyper)personalización, que además, por lo general, pasa por representar el indicio prioritario de la subjetividad en el discurso (BENVENISTE, 1966) aunque hemos podido desvelar el papel subsidiario del yo en la etiquetación de un enunciado como subjetivo. De hecho, si el yo señala la presencia física del que habla, no implica forzosamente su participación afectiva ni emocional, que más bien puede concretarse en otros indicios, como son los verbos subjetivos u otras marcas de las modalidades. La segunda categoría de marcas gramaticales de la personalización es la que integra nosotros, como forma atenuada alternativa al yo, lo que hace que se lo etiquete como marca gramatical de semi-personalización. El nosotros es pues considerado como uno de los elementos cuyo uso informa de la voluntad de perseguir una aparente objetividad en el discurso, sobre todo que, esta marca fomenta la intersubjetividad. De hecho, por ostentar una nota de inclusión y por ser colaborativo, nosotros hace posible la presencia física del locutor diluyéndola, sin embargo, dentro de la comunidad de locutores (incluyendo al interlocutor). Puede que sea por estas consideraciones que nosotros aparece en el corpus como una de las marcas del sujeto más empleadas (§3.3.2) contrariamente al yo, por ejemplo. En lo que respecta a las marcas gramaticales de la ausencia del locutor (e interlocutor), hemos explorado en el corpus las estrategias discursivas que mitigan la presencia del sujeto comunicativo. Así, entre los recursos más destacados de estas estrategias están: las nominalizaciones (§3.2.1), infinitivizaciones (§3.2.2), pasivizaciones (§3.2.3) e impersonalizaciones (§3.2.4). Las mismas estrategias que borran o callan la presencia del agente comunicativo son las que se suele considerar como marcas de la objetividad en el discurso. Sin embargo, esta consideración puede cuestionarse porque al igual que en los casos de presencia de yo, su ausencia no basta para hablar de la objetividad porque existen otros condicionantes más fuertes (verbos subjetivos o no, subjetivemas o no de las modalidades afectivas o emocionales). Por consiguiente, por ostentar un carácter polifacético los conceptos de objetividad y subjetividad, opinamos que, para tener una perspectiva más amplia de los mismos, se requiere un estudio adicional que va más allá de la contemplación de los criterios de la presencia o no de los indicios textuales que señalan la presencia o no del sujeto en el discurso. Así es como se ha explorado en el capítulo cinco las marcas del distanciamiento o acercamiento emocional y afectivo del locutor en el discurso que sin duda son los más decisivos cuando se contemplan las cuestiones de objetividad/subjetividad. Esta operación ha dado lugar primero al estudio de la modalidad de la enunciación entendida como la actitud del locutor respecto al receptor. Se ha destacado entonces los enunciados declarativos que, aunque considerados como más neutrales e informativos y consiguientemente asociados a la forma objetiva de expresión, sin embargo, pueden ser portadores de las convicciones y afectividad del locutor y como tal, pasar a considerarse como marcas de la subjetividad. También, se han abordado los enunciados interrogativos que por un lado pueden considerarse como soportes de la expresión objetiva por encaminar una actividad reflexiva y establecer un marco concreto en que el locutor quiere llevar a cabo su comunicación. Paralelamente, en determinados contextos, estos interrogativos pueden pasar a ser portadores del desconcierto del que habla cuando no pasan simplemente a ostentar un carácter estratégico (principalmente con las interrogaciones retóricas). Tocante a los enunciados exhortativos, que bien hubieran marcado la manifestación del poder del locutor respecto del receptor, por el hecho de ordenar, el análisis de los datos empíricos ha señalado el cuidado que siempre se tiene para no chocar con la autoestima, disfrazando las ordenes en ruegos o consejos con los usos de atenuadores. Sobre todo, el locutor se toma el trabajo de incluirse en la consecución de lo ordenado mediante el recurso al nosotros exhortativo. Se ha aludido igualmente a los exclamativos y desiderativos para hacer constar la ausencia de ocurrencias, lo que ha permitido concluir sobre los límites que se imponen los locutores en la prosa académica para no valerse de las formas de expresión tan expresivas como son esos enunciados exclamativos y desiderativos. Asimismo, nos hemos interesado por los enunciados dubitativos para no solo considerar su carácter visiblemente subjetivo, sino para resaltar su papel de relativizadores o atenuadores, muy valorado en las consideraciones sobre la cortesía verbal y la conocida humildad intelectual. Llegados a la exploración de la modalidad del enunciado, entendida como la actitud del hablante respecto del enunciado, hemos contemplado respectivamente, las modalidades lógicas, las evaluativas y las afectivas. La exploración de las marcas gramaticales de la objetividad/subjetividad en el corpus ha pasado también por la de las categorías gramaticales conocidas también como las partes de la oración. Así, se ha podido examinar los llamados vocablos objetivos y subjetivos, partiendo de los sustantivos, verbos, adverbios y adjetivos. El trabajo de análisis de los datos empíricos se cierra con el estudio de las marcas de la objetividad/subjetividad desde la perspectiva pragmático-discursiva. Aquí, se ha podido evocar la importancia de los recursos interdiscursivos (citas), los recursos expresivos (figuras de estilo) y las coordenadas contextuales como, por ejemplo, la figura y autoridad del locutor en la receptibilidad del discurso, la influencia del receptor, el canal de difusión así como la ideología o sensibilidad del locutor.