Cultura transmedia en la construcción de experiencias educativas universitarias innovadoras
- Acuña Aguirre, Stephan
- Marcos Cabezas González Director
- Sonia Casillas Martín Codirectora
Universidad de defensa: Universidad de Salamanca
Fecha de defensa: 14 de septiembre de 2017
- Francisco Javier Tejedor Tejedor Presidente
- Beatriz Palacios Vicario Secretario/a
- Víctor M. Hernández Rivero Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La sociedad digital ha generado nuevas prácticas, lenguajes, gramáticas, normas y comportamientos que se configuran en una cultura digital que ha permeado los ambientes comunicativos, culturales y educativos, integrando un modelo de sociedad contemporánea que establece unas formas de relacionarse, de consumir, de interactuar, de aprender y construir conocimiento. Se han establecido signos que singularizan la cibercultura como la información, la interactividad, la hipertextualidad/hipermedialidad, la exclusión, la inmediatez y la hiperconectividad (Lévy, 2007). Estos elementos del modelo de cultura actual han reconfigurado los procesos de comunicación mediados por tecnologías digitales, comprendiendo la comunicación como un conjunto de intercambios, hibridaciones y mediaciones dentro de un entorno donde confluyen tecnologías, discursos y culturas (Scolari, 2008). Esta forma de comunicación que utiliza la digitalización como materia prima y proceso productivo, ha permitido la fragmentación y manipulación de los textos enlazados y distribuidos posibilitando la hipermedialidad, la interactividad y la conformación del concepto de Comunicación Digital Interactiva (Scolari, 2008). Algo para resaltar de esta forma de comunicación es la transformación del receptor /lector /audiencia en un usuario que consume y produce nuevos textos mediáticos y que participa en una ecología constituida por plataformas, lenguajes, relatos y contenidos. Prosumidores que han venido evolucionando hasta convertirse en prodiseñadores de contenidos en el ambiente de la comunicación digital actual (Hernández, Renés, Graham y Greenhill, 2017). Esto da la apertura para situar a nuestros jóvenes en el centro de una sociedad en red y una comunicación transformada que genera prácticas emergentes en el paisaje de la cotidianidad, donde ellos transitan entre espacios análogos y virtuales, entre pantallas, narrativas y artefactos que permiten filtrar, modificar, remezclar y distribuir contenidos que son el eje de una participación e interacción en el mundo globalizado (Scolari, 2016). En consecuencia los estudiantes que tramitan sus formas de socialización, sensibilización y aprendizaje, mediante la convergencia cultural, mediática y tecnológica, necesitan de educadores que configuren nuevos ambientes educativos que posibiliten didácticas encaminadas a engranar las ecología de medios y la evolución de las tecnologías digitales que modifiquen la práctica misma y contribuyan a la formación de un profesional y ciudadano global. Orozco (2010) dice al respecto que se trata de desarrollar habilidades en los estudiantes para filtrar información desde las pantallas, a nivel instrumental, semántico y pragmático. Esto indica que el nuevo paradigma educativo debe transitar del “uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)” al uso de las pantallas, en concordancia de la ecología de medios. Por tal motivo, se requiere el diseño de prácticas pedagógicas que fomenten la exploración de diversas fuentes de información que están ubicadas en diversos formatos, lenguajes y medios (multipantalla) a los que se puede tener acceso por diversos caminos. En concordancia, la comunicación en el aula concebida como un espacio donde los estudiantes pueden compartir saberes, acceder al conocimiento, experimentar, desarrollar ideas y proyectos de forma colaborativa, libre y abierta se diversifica, pasando de lo monomedial a lo multimedial, desarrollando formas de comprensión de la realidad mediadas por lenguajes orales, sonoros, visuales, audiovisuales, escritos e hipertextuales (Amador, 2013). Una manera de comprender estas prácticas emergentes por prosumidores activos, inmersos en una arquitectura de la participación suministrada por los cambios en la naturaleza de las tecnologías es por medio del concepto transmedia. Fenómeno que para Jenkins (Scolari, 2013) en su expresión más básica, lo define como historias a través de medios, y que ha dado forma a una convergencia cultural y/o maneras de pensar sobre el flujo de contenidos, información y conocimiento a través de los medios de comunicación (Jenkins, 2011). Para este estudio se quiere partir de un concepto evolucionado y propuesto por el mismo Jenkins y sus colegas Ford y Green y es el de cultura transmedia (2015), como escenario que relaciona los individuos, su naturaleza creadora y participativa y los contenidos fragmentados como objetos culturales en un ciberespacio que ha originado transformaciones en las formas de comunicar y aprender en esta sociedad actual. Es necesario establecer que la línea epistemológica de este estudio se encuentra en el contexto global del ciberespacio y su dispositivo la cultura digital, en las modificaciones de carácter comunicacional (situadas en las experiencias de una comunicación interactiva digital) en los usuarios y en la manera como estas mutaciones han generado la transmedia. Asimismo, esta manifestación esta incrustada en una sociedad del conocimiento, un escenario de desarrollo contemporáneo permeado por las tecnologías digitales y que se construye bajo pilares no solo de acceso a Internet sino de gestión, apropiación y circulación del conocimiento que habría de derivar del mismo. Lo anterior pone de manifiesto que dentro de las dinámicas actuales donde las TIC han sido un fenómeno disruptivo, se han generado diferentes brechas digitales, las cuales de alguna manera se han ido superando, pero es de especial atención la denominada brecha digital de segundo nivel (Córica, 2012). Para este autor nos encontramos en un entorno de conectividad y acceso a la red, pero sin habilidades para acceder a calidad de contenidos digitales y criterios de uso de las TIC a las que se tiene acceso. Al final el ciberespacio es un ambiente abundante de datos y de información fértil para la construcción del aprendizaje cotidiano, que los individuos con recursos y capital intelectual adecuado, pueden tener la capacidad de seleccionar datos confiables y validar los mismos, de construir con estos datos información de mayor complejidad y de usar esta información como insumo para el desarrollo de nuevas acciones (diseño de productos, implementación de servicios o para la gestión de estructuras sociales). Corresponde a la universidad como ambiente de aprendizaje, al aula como micro ecosistema de interacción y al docente como agente dinamizador de la cultura hacer posible el desarrollo de aspectos como la creatividad, el pensamiento crítico, las habilidades comunicativas, el trabajo colaborativo, la alfabetización digital e informacional y una ciudadanía local y global donde las TIC son transversales en la construcción de estas competencias y de esta manera mitigar de alguna manera esta segunda brecha digital. En este sentido, se hace necesario que un fenómeno como la transmedia encuentre un espacio de acción dentro del escenario de la educación superior, enfocado hacia el diseño de experiencias innovadoras en el salón de clase, que ayudará a los jóvenes al entendimiento del hábitat digital en el cual están inmersos, permitiendo la formación de un ciudadano digital, que consume y produce, que edifica su vida paralela online y que en su entorno cotidiano realiza diferentes experiencias digitales y análogas por medio de la variedad de artefactos existentes.