La ficcionalidad como fenómeno de significaciónhacia un paradigma biopolítico de la ficción literaria narrativa

  1. Amores Fúster, Miguel
Dirigida por:
  1. María José Rodríguez Sánchez de León Directora

Universidad de defensa: Universidad de Salamanca

Fecha de defensa: 22 de septiembre de 2017

Tribunal:
  1. José Antonio Pérez Bowie Presidente
  2. Franco Quinziano Secretario/a
  3. Antonio Garrido Domínguez Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 519495 DIALNET

Resumen

Esta investigación tiene dos grandes objetivos. El primero, dar cuenta de las enormes dificultades epistemológicas de todo orden que plantea el fenómeno de la ficcionalidad literaria narrativa en tanto que objeto de estudio. Y el segundo, proponer un esquema teórico que, concibiendo la ficción literaria como fenómeno de significación en su sentido semiótico (es decir, la significación como el tipo de convención culturalmente mediada y codificada que establece en qué términos, dentro del signo, el plano de la expresión alude al plano del contenido) sea capaz de ofrecer claves para superar algu-nas de esas dificultades y dar una pauta estructural mínima acerca de la lógica que sigue el discurso ficcional en sus textos concretos. El trabajo se divide en dos partes. En la primera, titulada La teorización litera-ria ficcional como problema histórico, se abordan algunas de las principales dificulta-des epistemológicas que presenta la ficcionalidad literaria como objeto de estudio. Éstas son: 1) Su profundo arraigo antropológico, que la coloca como un fenómeno clara-mente supraartístico, en conexión directa con aptitudes culturales más generales como la racionalidad o la capacidad de representación mental compleja. 2) Su transversalidad al conjunto del fenómeno literario, lo que hace que en la práctica (y especialmente en el periodo comprendido entre Aristóteles y el siglo XX) la ficcionalidad literaria muchas veces no se haya estudiado como un objeto diferen-ciado, sino como un elemento disperso e infiltrado en otros campos de estudio teórico-literarios, especialmente la teoría de los géneros. 3) Su condición de fenómeno textual, no limitado a palabras o frases sueltas, lo cual inscribe de lleno al fenómeno de la ficción literaria en las inmensas dificultades teóricas que supone el estudio de unidades teóricas tan extensas, problemáticas, inter-disciplinares y en último término inasequibles a una sistematización teórica rígida como son los textos. 4) Su naturaleza potencialmente ilimitada, que se da en una doble vertiente cuantitativa y cualitativa. La primera hace referencia a que, en la práctica, el conjunto de textos que conforman la categoría ficción literaria es tan amplio que pasa por ser infinito. Este hecho, unido a la imposibilidad de encontrar pautas estructurales sis-temáticas y universales a todos los textos, condena a la teoría ficcional a realizar jui-cios a priori a partir de muestras necesariamente parciales y poco representativas. La infinitud cualitativa del fenómeno ficcional se refiere a que la ficción se despliega en virtud de una poíesis potencialmente ilimitada para lo que no hay nada imposible e inconcebible, de tal manera que el texto individual pierde gran parte de su poder ejem-plificador con respecto al conjunto de la categoría ficción literaria. Esta categoría, por tanto, más que como un conjunto de textos diferenciados, habría de considerarse como una dinámica de generación de prototipos que se constituye como un paradójico domi-nio epistemológico de excepciones donde el ejemplo siempre estará al nivel del con-traejemplo. Como consecuencia de todas estas circunstancias, que en ocasiones parecen hundir a la teorización ficcional en un suerte de entropía teórica, cabe destacar una quinta dificultad (o más bien característica) de tipo epistemológico, aquella que hace que el concepto de ficción sea estructuralmente dependiente del de no ficción. El moti-vo es que la ficcionalidad literaria es tan refractaria a cualquier tipo de certidumbre teórica o conceptual que en ocasiones el único asidero epistemológico para tratar de aprehenderla son la serie de oposiciones estructurales que mantiene con aquello que no es, la no ficción. De hecho, es en función de las diferentes tipos de respuestas que a lo largo del tiempo se ha dado a esta pregunta (qué diferencia a la ficción de la no fic-ción) como articulamos un criterio de clasificación de las teorías ficcionales históri-cas. Así, una vez establecidos los precedentes esenciales de la teorización ficcional en Platón y Aristóteles, se procede a la clasificación de las teorías modernas en función de su adscripción semántica, pragmática o sintáctico-textual. La segunda parte de este trabajo se titula La ficcionalidad literaria como fenó-meno de significación. En ella, en primer lugar, se profundiza en algunos de los pro-blemas anteriores, sobre todo en la naturaleza cualitativamente ilimitada de la signifi-cación ficcional y en la condición del texto como unidad mínima y propia de la fic-ción. Pero luego se trata de encontrar un cierto horizonte de síntesis y explicación teó-ricas a través de la consideración de la ficcionalidad literaria como fenómeno signifi-cante. Como primer paso se asume la concepción foucaultiana del discurso como es-quema de predeterminación a través del cual unos contenidos lingüísticos determina-dos son insertados de cierta forma en el sentido. Y se establece que tal predetermina-ción tiene su primera sanción semiótica en una cierta prefiguración en el modo en que, dentro del signo, el plano de la expresión alude al plano del contenido. Así, un discur-so, antes que definirse por cualesquiera caracteres semánticos, pragmáticos, retóricos o de cualquier otro tipo, se define por un modo concreto de significar. Y esta forma concreta de significar, como se demuestra en un pequeño experimento práctico inclui-do en esta investigación, es ciertamente reconocible al nivel de la superficie de los textos, sobre todo cuando hablamos de ficción. En los discursos no ficcionales, esta significación se ajusta a algún tipo de es-tabilidad en el modo en que el plano de la expresión alude al plano del contenido. Y dicha estabilidad responde en último término al mayor o menor anclaje de tal discurso en lo real. Los discursos ficcionales, sin embargo, que en virtud de su poíesis inherente y potencialmente infinita no dan cuenta de los estados del mundo, sino que construyen uno propio de forma ilimitada, se caracterizan por su inestabilidad significante. Desde el punto de vista de la significación, la ficción no se rige por unas determinadas pautas predeterminadas, sino que en cada texto (y potencialmente, en cada frase de cada tex-to) decide en qué términos significa, de qué forma el plano de la expresión alude al del contenido en las cadenas de signos que lo forman. Una vez alcanzada esta conclusión de la ficción como aquel discurso que se singulariza de forma radical y definitiva del resto por elegir los términos en que signi-fica (y siempre a un nivel textual, no en unidades lingüísticas inferiores), en el último capítulo se pretendió establecer una pauta teórica mínima acerca del modo efectivo en que se despliega dicha significación ficcional. Y para ello se recurre a un cierto iso-morfismo teórico entre la significación ficcional y el conjunto de reflexiones genealó-gicas de Foucault sobre el poder que aquí se engloban bajo la denominación de subje-tivación biopolítica. A pesar de la posible extrañeza inicial, este isomorfismo tiene ciertos prece-dentes tanto en la teoría literaria como en la teoría ficcional. Esto último es así en la medida en que una de las operaciones centrales de la Poética aristotélica es poner co-mo paradigma de los géneros que ordenan y prefiguran el despliegue de la mímesis poética la perfección biológica que encarnan los animales. Remedando en cierto modo este gesto, lo que aquí se propone es establecer una analogía estructural entre el modo en que significan los discursos ficcionales y el modo en que, en el pensamiento de Foucault, el poder se aplica sobre los sujetos al margen de normas explícitas. De igual modo a como el poder en Foucault no es sólo la norma que obliga, sino también el conjunto de procedimientos que moldean al individuo, desde su corporeidad biológica (políticas sanitarias, de natalidad, etc.) a su propia subjetividad (sacramento de la con-fesión, presión consumista, etc.), la significación ficcional no se reduce a un conjunto de reglas predeterminadas sobre el vínculo plano de la expresión-plano del contenido, sino que implica también los procedimientos por los cuales, al margen de marcos normativos (género literario, pacto ficcional, principio de divergencia mínima, etc.) la ficcionalidad moldea y subjetiviza los términos de su significación. Al nivel de la significación, por tanto, la diferencia entre ficción y no ficción es la que existe entre el discurso como una manifestación de sentido cuya significación está sujeta a normas y el discurso como aquello que, además de regirse por unas reglas significantes mínimas, decide a cada momento, subjetiviza, los términos en que signi-fican sus textos. La diferencia entre ficción y no ficción es la que existe entre el dis-curso como soberanía de sentido y el discurso como subjetivación significante. La ficcionalidad, simplemente, supone la aplicación de una tecnología de significación (en el sentido foucaultiano del término tecnología) de la que el resto de posibilidades comunicativas son incapaces.