Las élites del poder en las contrarrevoluciones latinoamericanas del siglo XIX
- Albornoz Jaime, César
- Fátima García Díez Directora
Universidad de defensa: Universidad de Salamanca
Fecha de defensa: 26 de abril de 2018
- Fernando Carmelo Rodríguez López Presidente
- Silvia Vega Ugalde Secretario/a
- Salvador Martí Puig Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
En las primeras décadas del siglo XIX se independizan casi todos los países de América Latina, surgiendo una veintena de estados republicanos. Esas sociedades nacidas de las entrañas de tres siglos de coloniaje tienen profundos problemas y desigualdades sociales que resolver. Muchos de ellos se plantean ya desde las luchas independentistas por representantes progresistas de las élites intelectuales y políticas, portadoras de la ideología más revolucionaria que se difunde en ese entonces, la liberal, quienes intentan hacer algunas reformas en busca de su solución. Quienes optan por la modernización de sus sociedades deben enfrentar la obstinada resistencia de los defensores del inmovilismo, del statu quo, de la tesis del cambio paulatino y lento de las relaciones sociales, fuerzas poderosas incrustadas en todas las esferas del quehacer social latinoamericano. La acumulación de contradicciones entre esas élites del poder y las demandas de reivindicaciones de las masas, llevan inevitablemente a que ese represamiento de libertades conculcadas estalle más tarde en revoluciones radicales por los cuatro puntos cardinales del subcontinente. El título de la presente tesis descubre el propósito fundamental de la investigación emprendida: establecer el papel jugado por las élites del poder que dirigieron procesos contrarrevolucionarios para impedir, mediante su actividad política, la profundización o avance de las revoluciones liberales radicales en América Latina, específicamente en cuatro de sus casos más relevantes por su trascendencia tanto regional como nacional: la paraguaya, la colombiana, la mexicana y la ecuatoriana. Se privilegian, entre la gran diversidad de similares procesos políticos en la región, estas cuatro revoluciones con fines comparativos. La de Paraguay, por su indudable originalidad y por ser una de las primeras que además demostró en la práctica la posibilidad de un desarrollo propio sin dependencia externa, razón para que se coaligaran los países vecinos en la triple alianza bajo la égida de los intereses británicos en la cuenca del Plata, para evitar que se propague el que consideran mal ejemplo. México, por la trascendencia que lo que ahí acontece tiene para Latinoamérica toda por ser uno de sus países más grandes y más poblados, con influencia directa de los postulados de su Reforma en las demás revoluciones liberales. Y el caso colombiano, también con incidencia regional por su vecindad con Centroamérica y concretamente con Ecuador, el otro caso que se analiza. Con estos cuatro casos se cubren espacios territoriales importantes de la norteamérica latina, del cono sur y de la región andina. Dividida la tesis en dos partes, en la primera se establece el marco teórico que sustente desde la Sociología histórica y la Política los aspectos que se abordan en la segunda, dedicada al estudio de los casos seleccionados. Metodológicamente el trabajo desarrollado es un análisis político comparado desde la perspectiva de las técnicas cualitativas de la investigación. Por las características del problema que se aborda, el sustento fundamental es el análisis documental, o como varios autores lo llaman observación indirecta, que por esas líneas tenues que existen en la denominación de las diferentes metodologías cualitativas, se convierte en el transcurso de la investigación en verdaderas entrevistas a profundidad a expertos que, desde la academia, han tratado los aspectos sociales que aquí se reconstruyen, para poder llegar a establecer las regularidades, diferencias y semejanzas, que el método comparativo demanda. En los primeros tres capítulos se abordan los aspectos teóricos en que se sustenta el análisis posterior, intentándose en el tercero una justificación de una teoría de las élites desde la interpretación marxista de la fenomenología social. Esto último es uno de los aportes más importantes de la presente tesis, por su valor teórico para investigaciones que enfoquen el análisis de problemáticas sociales desde el rol que juegan estos grupos privilegiados que se constituyen en las sociedades en el transcurso de su historia, para la gestión de sus problemas esenciales, pues, más allá de sus motivaciones, valores éticos e intereses, son grupos sociales claves en la comprensión de cualquier fenómeno social. En el capítulo cuarto se hace una contextualización general de la región desde sus aspectos socioeconómicos. Se dedica especial atención a las características mediante las cuales se manifiestan las dos ideologías predominantes en la época, el conservadorismo y el liberalismo, tratando de superar esa clásica interpretación que abunda en estudios regionales de verlas en blanco y negro, sin matices, cuando la realidad, como aquí se demuestra es mucho más compleja. Luego de ese necesario preámbulo, se aborda en los capítulos quinto, sexto, séptimo y octavo el análisis de las revoluciones liberales radicales de los casos seleccionados ‒Paraguay, Colombia, México y Ecuador‒ en su compleja dialéctica de revoluciones y contrarrevoluciones. Develar los actores fundamentales de estos procesos, los medios, recursos y mecanismos que utilizan, las instituciones involucradas en la confrontación de intereses, son objetivos fundamentales que se desarrollan. Finalmente se formulan las conclusiones en las que se enlaza la teoría inicial con las evidencias empíricas privilegiadas en cada caso estudiado. Se llega así a las generalidades, especificidades y diferencias más visibles de la correlación de los cuatro procesos contrarrevolucionarios. Cronológicamente se abarca un largo período de alrededor de un siglo de nuestra historia. Las conclusiones finales establecen regularidades que se desprenden de la similitud del desarrollo social de los países latinoamericanos, por la acción política de similares actores sociales, formas, recursos y estrategias que se replican en esas confrontaciones de élites nacionales, regionales y locales por el control del poder político. Cabe señalar que en el caso latinoamericano no hay estudios que hayan enfocado el problema de los desenlaces de las revoluciones liberales como contrarrevoluciones, pese a lo teóricamente valioso del enfoque desde esa perspectiva que, en el caso europeo, particularmente de la gran revolución francesa, hay estudios que interpretan ese complejo fenómeno de trascendencia mundial como polietápico en el que la contrarrevolución es un momento inevitable e importante. Por lo tanto, el estudio de las contrarrevoluciones es un amplio campo abierto a la investigación social y este trabajo puede constituirse en un aporte para estudios posteriores. La relevancia que tiene el problema analizado está en la relación que tiene con el surgimiento de los modernos Estados de derecho en América Latina del seno de estos procesos revolucionarios, los mismos que por su dialéctica han tenido reveses, momentos de estancamiento, generados por las contrarrevoluciones que aquí se explican, generalmente con regresión en los derechos conseguidos. Se podría afirmar sin temor a equivocarse que, a la luz de los acontecimientos actuales en América Latina, las revoluciones liberales democráticas y radicales todavía no han agotado todas su posibilidades, aunque por lo conveniente de su denominación muchos procesos acontecidos en las últimas dos décadas se les denomine socialistas: son en realidad una continuación de procesos truncos que no pudieron realizarlos los sectores más avanzados de las revoluciones sociales de entonces, por la férrea resistencia y el poder real de las clases sociales opositoras y sus élites que llegaron al control del poder del Estado. Varios de estos aspectos esclarecidos en el desarrollo histórico de nuestros países, justifican plenamente lo tratado en esta tesis.