Los cristos en don Miguel de Unamuno
- SANDOVAL ULLAN, ANTONIO
- Laureano Robles Carcedo Director
- Mariano Eugenio Alvarez Gomez Co-director
Defence university: Universidad de Salamanca
Fecha de defensa: 19 June 2004
- Cirilo Flórez Miguel Chair
- Pablo García Castillo Secretary
- Julián Velarde Lombraña Committee member
- Leon Esteban Mateos Committee member
- José Luis Mora García Committee member
Type: Thesis
Abstract
Esta Tesis doctoral es producto de muchos años de investigación. Nos dimos cuenta de su necesidad al comprobar la laguna existente. Después de una búsqueda minuciosa constatamos que nadie había realizado una recopilación hermenéutica de toda la producción poética dedicada a Dios y a Cristo crucificado. No abandonamos tampoco, los artículos y las obras donde nos expone su pensamiento sobre Dios, la iglesia, los curas, etc., etc. El primer poema que estudiamos por orden cronológico fue "junto a la vieja colegiata", "El Cristo de Cabrera" de 1899, "El Cristo yacente de Santa Clara" de 1913, "El Cristo de San Juan de Barbalos" de 1914, "el Cristo de Velásquez" de 1920 y "El Cristo de las batallas" de 1922. Éstos son los que podríamos denominar como "mayores" pero hemos intentado abarcar todos, por lo que hacemos un recorrido por todos aquellos poemas mas reducidos en los que D. Miguel vierte su pensamiento, su ideología sobre su creencia. Analizamos "Poesías de 1907", "Rosario de Sonetos líricos", "Andanzas y visiones españolas", "Rimas de dentro", "De Fuerteventura a París", "Romancero del destierro", "Cancionero" y el resto de poesías sueltas, es decir, no incluidas en ninguna obra. Analizamos ensayos filosóficos como "Nicodemo el Fariseo", "Adentro", "La fe" y "El reinado social de Jesucristo". Completando este apartado con la reflexión sistemática en obras como "Mi religión y otros ensayos breves", "La agonía del cristianismo" y "Del Sentimiento trágico de la vida". Y como colofón a esta investigación sondeamos el pensamiento de Unamuno sobre el culto y la oración y, como no, las opiniones que despertó nuestro autor en personajes importantes como el Obispo de Salamanca y de otras provincias, los Jesuitas, los Dominicos, colegas suyos de universidad e incluso de periodistas contemporáneos.