Dinámica y estructura en ecosistemas forestales y su aporte al ciclo del carbono en la Península de Osa, Costa Rica

Resumen

Los bosques tropicales se enmarcan en el contexto de conservación de la biodiversidad como uno de los ecosistemas terrestres biológicamente diversos y ecológicamente complejos, estos ecosistemas presentan una fragilidad a los cambios, principalmente por la pérdida de hábitat por deforestación, la fragmentación, el aprovechamiento desmedido de sus recursos y la degradación ambiental. Además de su biodiversidad, los bosques húmedos tropicales juegan un papel preponderante en el ciclo global del carbono. Buscar mecanismos que permitan comprender los cambios potenciales en la dinámica de la composición florística y las métricas estructurales de la formaciones forestales, serán medios futuros para entender los procesos endógenos y exógenos que repercuten en su estabilidad. El monitoreo a largo plazo y de alta calidad se transforma en una herramienta fundamental que nos permita analizar los cambios en un conjunto de indicadores para describir cómo se comportan las comunidades a lo largo del tiempo. Esta investigación se enfocará a caracterizar la dinámica de ecosistemas de formaciones forestales en función de la diversidad florística, estructura forestal, los cambios espacio-temporales y el rol del carbono contenido en la biomasa, necromasa y suelos en la Península de Osa, Costa Rica. Con ese fin, establecimos 20 parcelas de 1 ha (5 sitios con 4 tipos de bosque por sitio) en bosques tropicales húmedos de tierras bajas del suroeste de Costa Rica. Los cuatro tipos de bosque fueron: bosque primario de cima, ladera y con influencia hídrica, y bosque secundario. De un total de 485 especies de árboles, lianas y palmas registradas en este estudio, solo 27 especies (es decir, 5.94%) fueron consideradas como especies oligarcas al contribuir al 37.41% de todos los individuos registrados y con una frecuencia > 50%. La composición de la comunidad de plantas difirió significativamente entre los tipos de bosques, contribuyendo así a la diversidad beta a escala de paisaje. Las especies oligarcas fueron el componente de la comunidad mejor explicado por variables geográficas y topográficas, permitiendo una caracterización confiable de la diversidad beta a lo largo del paisaje. Los patrones oligárquicos en las comunidades de plantas neotropicales permite una mejor interpretación del concepto de hiperdominancia que explican el reparto de la biodiversidad en los ecosistemas. Un grupo muy reducido de especies oligárquicas contribuyen a la dominancia local y la contribución de especies raras se expresa espacialmente a nivel global. De acuerdo a la riqueza expresada en lo cinco sitios, se tiene un 70% de la diversidad de árboles en la Península de Osa. En cuanto a los análisis para los sitios de Agua Buena de Rincón y Piro que contempla la segunda parte de los resultados. Se registraron 357 especies, 240 géneros y 72 familias. Agua Buena de Rincón con una riqueza con 296 especies y Piro con 166 especies. El 36,8% de las especies en Agua Buena y el 32,2% en Piro presentan solo un individuo. En cuanto a la diversidad β, 204 especies (65,4%) son exclusivas de Agua Buena de Rincón y 75 especies (41%) son exclusivas del sitio Piro. Estos bosques presentan un alta dominancia, ya que el 50% de la abundancia se concentra en alrededor del 8% de las especies que respaldan las teorías expuestas por diferentes autores sobre hiperdominancia y especies oligárquicas en los bosques neotropicales. La capacidad de carga en función de la abundancia y el área basal se encuentra entre los rangos para otros bosques neotropicales. La tasa de mortalidad promedio para todo el periodo de medición es de 2,72% y de reclutamiento de 2,12% con una tasa de renovación de 2,65%. Las tasas de crecimiento en función del incremento corriente anual promedio varió entre 0,28 a 0,42 cm/año. En cuanto a la dinámica del carbono en los bosques de Agua Buena de Rincón se registra un promedio de 324,8 C Mg/ha y los de Piro de 297,2 C Mg/ha. Un 55,3% en la biomasa aérea, un 8,8% en la biomasa subterránea, los árboles muertos en pie contribuyen con un 2,7%, la necromasa con un 4,1% y el 29,2% del carbono se encuentra en el suelo. La acciones de monitoreo a largo plazo permiten tomar evidencias sobre los procesos dinámicos que ocurren en los bosques, por lo cual la construcción indicadores son elementos de gran importancia para promover acciones en el marco conservación de la biodiversidad.