Poetas que hablan de poetasgenealogías, transferencias, entrecruzamientos
- Mañeru, Ana
- Dickinson, Emily
- Do Cebreiro, María Do
- de Castro, Rosalía
- Rodríguez, Milena
- Marruz, Fina García
- López, María Ángeles Pérez
- Castellanos, Rosario
- Martínez, Yaiza
- Aymerich, Ángela Figuera
- Martín, Nieves Álvarez
- Pérsico, Marisa Martínez
- Varela, Blanca
- Gutiérrez, Julia
- de Mello, Sophia
- Mora, Ángeles
- Vivaldi, Elena Martín
- Vilar, Marta López
- Abelló, Montserrat
ISSN: 1137-2354
Argitalpen urtea: 2019
Urtea: 23
Zenbakia: 61
Orrialdeak: 105-143
Mota: Artikulua
Beste argitalpen batzuk: Guaraguao: revista de cultura latinoamericana
Laburpena
En un poemario en el que los antropónimos no son profusos, llama la atención la densidad de nombres propios (Antona, Minguiño, Mariquiña, Xan Pedro) de este cantar, todo él una poética de la concreción y una celebración de los sentidos: el agua que limpia y purifica: «Válganos Dios, / que si augüiña n'houbera / lama este corpo / mortal se volverá» (una «lama mortal» bien diferente de la de Follas novas), la comida que contenta, el juego de los animales y con los animales, encadenados unos a otros como en uno de esos cuentos que se les cuentan a los niños, donde las cosas y seres del mundo se enredan en divertidas relaciones de causa y efecto: la burra y Xan, Xan y la perra, azuzada por Pedro, las gallinas que asustan a las burras y en la siguiente estrofa dan de comer a sus polluelos, el perro al que le gusta la sardina del gato, el carnero que juega a asustarlo y, de nuevo, la gallina que, como comprobamos al final, es la protagonista del cantar que ha disparado la glosa: «Isca de aí, / galiña maldita, / isca de aí / non me máte-la pita». Me duele / tener labios, garganta, que se ordenan al canto», y sin embargo no puedo dejar de seguir escribiendo (porque yo, aunque no lo creáis nací muerta) desde el profundo respeto a la palabra y a las personas que la aman, para poder morder el polvo y ser belleza. El sol parece vivificar cuando se refleja en el mar y surge la luz como plenitud; sin embargo, cuando toca suelo sobre las piedras, estas queman en su quietud junto a los pinos sugiriendo, quizá, que ahí es imposible construir o reconstruir el mundo. Un monólogo que va levantando la sensación dolorosa de la soledad de un domingo, otro domingo más, cuando la tarde cae y nos sentimos en medio de la ciudad que vive al margen de lo que sucede en el interior de una casa y de una persona que sí siente el rumor de lo que se vive fuera, mientras crece en ella la angustia de estar sola.
Erreferentzia bibliografikoak
- Beasley Murray, Jon (2019). «La clave del cambio social no es la ideología, sino los cuerpos, los afectos y los hábitos». Eldiario.es: https://www.eldiario.es/interferencias/ Podemos-hegemonia-afectos_6_358774l44.html. Última consulta: 27/04/2019.
- Dickinson, Emily (2015). Poemas 1202-1786. Nuestro Puerto un secreto. Traducción de Ana Mañeru Méndez y María Milagros Rivera Garretas. Madrid: Sabina.
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- Muriel, Nieves (2018). Prólogo a A. Figuera Aymerich. El grito inútil. Madrid: Genialogías-Tigres de papel.
- Oliart, Carmen (2017). Prólogo a A. Figuera Aymerich. Ser palabra desnuda. Madrid: Sabina.
- Rich, Adrienne (2016). Collected Poems (1950-2012). Nueva York, Londres: Norton.
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- Valenzuela, Luisa (2001). Peligrosas palabras. Buenos Aires: Editorial Temas.