Génesis y evolución de las fortificaciones abaluartadas de Fuenterrabía(1496-1638)
- Yáñez Pacios, Roberto Tomás
- Víctor Echarri Iribarren Directeur/trice
Université de défendre: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante
Fecha de defensa: 17 décembre 2019
- Carlos Montes Serrano President
- Pascual Saura Gómez Secrétaire
- Ana Sánchez-Ostiz Gutiérrez Rapporteur
Type: Thèses
Résumé
INTRODUCCIÓN El objeto de esta tesis se encuadra dentro de las investigaciones de la línea de estudio sobre “Historia y construcción de fortificaciones militares modernas” del grupo de investigación “Tecnología y Sostenibilidad en la Arquitectura” de la Universidad de Alicante. El conocimiento histórico del patrimonio amurallado y su construcción tienen una relevancia indiscutible en los planteamientos del desarrollo sostenible de las ciudades y la cultura local. Existen numerosos estudios de carácter histórico que analizan la evolución de diferentes conjuntos fortificados de la Edad Moderna y que han impulsado la revalorización patrimonial de estos. La idea de desarrollar en la misma línea un trabajo sobre las fortificaciones de Fuenterrabía (cuyo topónimo oficial es actualmente Hondarribia) se convierte en un tema muy atractivo por confluir en esta la relación de cercanía y estrategia con Pamplona y su vinculación con la costa como ocurre en Alicante. A pesar de ser una fortificación anteriormente estudiada, el enfoque desde el punto de vista arquitectónico donde se analizan los proyectos -y no solo los elementos conservados- permite completar la evolución constructiva de estos elementos y revelar datos hasta el momento desconocidos. Su principal aportación científica consiste en reunir toda la información existente, tanto histórica como más reciente, que permita entender cómo evoluciona la fortificación abaluartada. Aunque su enfoque no es histórico se apoya en él para realza el valor patrimonial. DESARROLLO TEÓRICO Fuenterrabía, una de las plazas fuertes más destacadas del País Vasco, ha sido históricamente un punto estratégico del control del paso terrestre entre Francia y la Península Ibérica. Su carácter estratégico hizo que fuera sitiada en numerosas ocasiones, para su posesión y control territorial, entre los siglos XVI y XIX. Por esto tuvo una extraordinaria importancia el desarrollo de su sistema de fortificación. Los ingenieros militares elaboraron continuos proyectos de fortificación para poder resistir adecuadamente a los avances de la artillería y la táctica de la guerra de sitios. Este trabajo trata de analizar la evolución de la plaza fuerte de Fuenterrabía a través de la recuperación del trazado perdido de sus fortificaciones en su ubicación actual. Mediante superposiciones gráficas precisas e investigación sobre la perfección de los trazados de planos históricos, se puede llegar a establecer con exactitud los diversos trazados de las fortificaciones, así como una valoración de las propuestas que no llegaron a ejecutarse. A finales del siglo XVI Felipe II decidió impulsar una transformación de las fortificaciones encargadas de la defensa de la frontera con Francia. Pamplona, Fuenterrabía y San Sebastián recibieron visitas de los mejores ingenieros del momento. En esta investigación se exponen y dibujan hipótesis, ante la falta de documentación, de los proyectos que el Fratín y Tiburcio Spannocchi redactaron para Fuenterrabía. El primero redactó en 1572 un ambicioso proyecto e inició las obras del baluarte de San Felipe. En 1580 Spannocchi continuó las obras y redactó un nuevo proyecto, con la posibilidad de duplicar el área urbana con el nuevo recinto proyectado. Tras los proyectos de fortificación realizados durante el reinado de Felipe II para Fuenterrabía, una revisión de su estado de defensa a principios del siglo XVII resalta su desajuste conforme los principios poliorcéticos del momento. Debido a la amenaza de una ofensiva francesa, se decide enviar a los ingenieros Pedro Texeira Albernas, Marco Antonio Gandolfo y Gerónimo de Soto a visitar la frontera con Francia en la provincia de Guipúzcoa. Estos redactarían un informe en el que, además del análisis de la zona, se incluyeron propuestas de mejora para varias plazas. Esta investigación profundiza en el proyecto para la plaza de Fuenterrabía estudiando su viabilidad y las opiniones de los expertos en aspectos conflictivos como el debate entre foso seco o inundable y el levantamiento de fuertes exteriores sobre los padrastros. En el sitio de 1638, primera incursión de un ejército enemigo en la península desde la expulsión de los musulmanes, se puso a prueba la efectividad de estas fortificaciones modernas. Los proyectos realizados en los años consecutivos, entre otros por el propio Soto, se centraban en la reparación de desperfectos existentes tras el asedio. Analizando y comparando los proyectos de reparación desarrollados tras el sitio de 1638 se determinará la gravedad de los daños producidos, la resistencia de las diferentes partes de la fortificación y la incidencia de la ofensiva en aquellas consideradas como más vulnerables. CONCLUSIONES * Una plaza pionera Debido a su localización estratégica en la frontera hispano-española, el desarrollo de la plaza de Fuenterrabía se consideró prioritario en el momento de transformación de las plazas españolas para actualizarlas según las incipientes teorías poliorcéticas de defensa. Se trataba de una de las plazas llave de la Península, con los cual se le dedicaron muchos esfuerzos económicos y políticos a finales del siglo XV y primera mitad del siglo XVI. Por eso fue la primera plaza que incorporó los primeros diseños de bastiones construidos en la península, diseños incipientes que, aunque posteriormente se fueron perfeccionando o sustituyendo, marcarían un hito en la historia de la fortificación española. * Un hito en el desarrollo del bastión Precisamente por su importancia estratégica se convirtió en una de las plazas prioritarias en el desarrollo del bastión. Por encima estaban otras plazas de mayor tamaño e importancia estratégica como podrían ser Pamplona, Cádiz o Barcelona. En ella intervinieron los mejores ingenieros militares al servicio de la Corona hispana durante el periodo estudiado, entre los siglos XVI y XVII, aunque no todos los proyectos desarrollados se acabaron construyendo. Posteriormente, a partir de 1510-1520, empezarían a cobrar mayor importancia otras plazas que irían relegando a Fuenterrabía a un segundo plano, aunque durante todo el siglo XVI se continuaron intentando aplicar las mayores tecnologías. Finalmente se paralizaría su desarrollo en el siglo XVIII, tras demostrarse su obsolescencia estratégica y de diseño durante el sitio de 1719. * Ejemplo de adaptación a la topografía El condicionante topográfico de la población de Fuenterrabía ha caracterizado el diseño de sus fortificaciones a lo largo de su evolución. Por un lado, las ventajas de su localización prácticamente en una península de roca situada en la desembocadura del río Bidasoa. Por otro su posición a las faldas del monte Jaízquibel, con los inconvenientes de facilitar el escondite al enemigo y su obtención de materia prima. Los trazados de las defensas de esta plaza han intentado aprovechar las ventajas y suplir los inconvenientes, reforzando aquellas partes más débiles y deformando la geometría regular perfecta. Y cuando la artillería progresaba y conseguía volver a adelantar las defensas existentes, se volvía a reforzar la parte débil de la plaza. El frente oeste, hacia el monte, siempre presentó inconvenientes que se fueron solventando con diseños de baluartes o los posteriores revellines. También hubo de intervenirse en el frente hacia el mar, en un principio protegido por este, ya que el alcance de la artillería empezó a poner en peligro este resguardo natural. Y la construcción siempre se adaptó a la topografía, tanto ajustando su diseño a la peña sobre la que estaba levantada la plaza como reforzando sus cimientos o sus acabados en el terreno pantanoso y afectado por las mareas. * Los proyectos de la segunda mitad del siglo XVI: Fratín y Spannocchi El proyecto diseñado por el Fratín en 1572 supuso un planteamiento innovador que pretendía mejorar sus defensas actualizando el diseño de estas para actualizar la plaza según las nuevas teorías. Su propuesta no solo incluía un diseño de la plaza con baluartes trazados según las proporciones y ángulos ideales según el Fratín, sino que también barajaba dos alternativas que incluían ampliar el recinto en 3 o 4 baluartes para eliminar aquellas partes de la topografía que el enemigo podía aprovechar como ventaja introduciéndolas dentro del recinto. De todo su diseño, del que no se ha conservado documentación gráfica, únicamente se comenzó a construir uno de los baluartes. Al llegar a la península en 1580 Spannocchi continuó con la construcción de este baluarte y revisó las tres opciones que había diseñado para Fuenterrabía. En su estudio estuvo de acuerdo con la mayor parte del análisis y las propuestas, aunque realizó pequeñas modificaciones para corregir lo que él detectó como errores en el diseño de los bastiones. Corrigió el ángulo del bastión de San Felipe, pues consideraba que era excesivamente agudo y, por tanto, más débil ante el ataque del enemigo. Esto también afectó a la anchura de la gola. Planteó opciones de ampliación de 3 y 4 baluartes con las mismas premisas que el Fratín, pero adaptándolo a sus criterios de diseño característicos. En este caso, se conserva plano de la propuesta de actualización de los baluartes de la plaza, pero no plano de las ampliaciones. Ambos proyectos son inéditos, en el primer caso por la falta de documentación gráfica, y su análisis y comparación de ellos permite despejar las dudas sobre el comienzo del abaluartamiento en Fuenterrabía. * El proyecto de Texeira, Gandolfo y de Soto Producto del estudio de la defensa de la frontera con Francia, los ingenieros Pedro Texeira Albernas, Marco Antonio Gandolfo y Geronimo de Soto realizaron una serie de propuestas para plazas y puertos en el País Vasco entre las que se encontraba la de Fuenterrabía. El diseño para esta plaza es el único proyecto de foso húmedo en las condiciones particulares de Fuenterrabía, ya que su posición en la desembocadura del río Bidasoa permitía con poca excavación conseguir la inundación del foso y con un sistema de exclusas mantenerlo húmedo o seco independientemente de las mareas. Al igual que los anteriores, se trata de un proyecto inédito nunca analizado en profundidad. * El asedio de 1638 En el sitio de 1638, primera incursión de un ejército enemigo en la península desde la expulsión de los musulmanes, se puso a prueba la efectividad de sus fortificaciones modernas. Los proyectos realizados en los años inmediatos al llamado “Asedio de Fuenterrabía” se centraban en la reparación de desperfectos más que en la mejora de las fortificaciones como había ocurrido hasta entonces. Analizando y comparando los proyectos de reparación desarrollados tras el sitio de 1638 se puede determinar la gravedad de los daños producidos, la resistencia de las diferentes partes de la fortificación y la incidencia de la ofensiva en aquellas consideradas como más vulnerables. * Las reparaciones tras el sitio Gracias al proyecto de reparación de los daños en las defensas de Fuenterrabía, se aprovechó para realizar una mejora de las fortificaciones tras evaluar la debilidad de estas. Al tratarse de un tema político, la inversión que se realizaba dependía de la importancia bélica de la plaza y su papel en la estrategia territorial, teniendo también en cuenta la inversión que se estuviera realizando en otras plazas en ese momento. El proceso de seguimiento de las obras de fortificación fue meticuloso, informando a la Junta y realizando levantamientos del estado de las obras, valorando las propuestas desarrolladas en el proyecto durante la construcción y replanteando la solución, dando posibles alternativas que abaraten costes o solucionasen problemas surgidos en el proceso. Se realizaron todas las reparaciones, incluyendo baluarte de la Reyna y los trozos de cortina en ruina. Se desarrolló en detalle el reparo del baluarte de la Reyna por ser un punto delicado. * Las obras exteriores De las mejoras propuestas tras el sitio de 1638, fueron las dos medias lunas junto al baluarte de Leyva las que se priorizaron, comenzando su construcción inmediatamente tras la recuperación de la plaza. Se descubre que se ha modificado su trazado levemente respecto al primer proyecto, ya que en la revisión se trazan a mayor distancia respecto de la muralla. Respecto al frente que mira a Francia, aunque en principio se priorizó el revellín al hornabeque en la parte de agua, finalmente se acaba definiendo lo segundo. Además, debido a estos cambios, se reajustó el trazado del foso para adaptarlo a las nuevas posiciones, y se indicó en línea discontinua una variante para simplificar las formas angulosas del trazado de este reduciendo costes. La construcción de estas obras exteriores volvió a colocar la plaza de Fuenterrabía en primera posición, incluso superando la plaza de San Sebastián que durante un tiempo la adelantó. Fueron pocas las plazas en la península en las que se construyeron revellines o medias lunas de manera permanente, incluso revistiéndolos de piedra. * Las intervenciones posteriores Si bien es cierto que algunas de estas obras se acabaron en la segunda mitad del siglo XVII, la única actuación importante que modificaba el trazado de la plaza fue el baluarte de Medina. No se construyó sustituyendo al antiguo cubo de la Magdalena, sino que se injertó en el perímetro de la plaza como una extensión al existente. Tras levantar el sitio de 1719 la plaza no sufrió ninguna modificación importante. Se desarrollaron diversos proyectos que nunca llegarían a ejecutarse, como el proyecto de Luís de Langot corregido posteriormente por Verboom. Se puede considerar, de esta manera, que la fortificación abaluartada finaliza su evolución. Todas las intervenciones realizadas posteriormente serían para recuperar su estado original, ya fuera para recuperar su buen estado de defensa o años después como elemento del patrimonio defensivo de la villa.