Prevalencia de los diferentes deterioros cognitivos en los centros sociosanitarios de la provincia de Salamanca

Resumen

La demencia, en espera de acotar su significado, constituye un problema sanitario con repercusiones tanto personales como sociales. Se trata de un síndrome, crónico o progresivo, que se caracteriza principalmente por el deterioro de la función cognitiva, es decir, de la capacidad para procesar el pensamiento, con un desarrollo que no es ni cuantitativa ni cualitativamente el habitual que se produce por causa del envejecimiento natural. La demencia afecta, como acabo de decir, a todas las capacidades, habilidades o destrezas propias ligadas a la facultad racional de la persona: la memoria, el pensamiento, la comprensión, el cálculo, el lenguaje y el juicio, la orientación, etc. A estos aspectos se vinculan otros muchos más de índole emocional o comportamental, afectando seriamente a la motivación y a la propia autoconciencia. España es una de las naciones con mayor envejecimiento de la población hasta el punto de ocupar el séptimo lugar entre los países europeos con mayor número de ancianos. El hecho es que el índice de envejecimiento de nuestra población se ha duplicado en los últimos años. Este progresivo envejecimiento introduce la previsión alarmante del incremento, también exponencial, del número de demencias. El cálculo que se hace es que, en 2050, uno de cada tres españoles tendrá más de 65 años y cerca de un millón sufrirá algún tipo de demencia asociada a la senilidad. Considero estos primeros datos suficientes para justificar la importancia del tema elegido como estudio y análisis en la presente tesis doctoral. La demencia provoca un impacto físico, social, económico y psicológico en nuestra sociedad de primer orden, afectando no solo a las personas que la padecen sino también a las familias y los cuidadores que se encargan de su cuidado.