Color y sistemática del ritmo. Análisis operativo en base a la iteración de estructuras modulares

Resumen

Teniendo su origen en el Trabajo de Iniciación a la Investigación, que realicé en 1999 sobre el concepto de ritmo en la pintura, este proyecto investiga la contribución del color, analizando el comportamiento específico con el que interviene en su aparición y desarrollo. Con el propósito de definir y centrar el objeto de la ulterior indagación y dotarla de los consiguientes instrumentos operativos, se establece la interacción entre Elementos Plásticos y Unidades Sintácticas de la Pintura con el fin de determinar cómo influyen en que una imagen o composición sea rítmica. La consecución de resultados, obliga a considerar a algunas de esas Unidades Básicas y Sintácticas como constantes o mínimamente variables, por lo que la forma, queda restringida a agrupaciones rectangulares, la textura se condiera constante y el color se limita a los tres primarios, los secundarios y los acromáticos. Atendiendo a cuatro grados de complejidad cromático-formal de Estructuras modulares, y conforme a los principios generales comunes a todos los ritmos - agrupamiento perceptivo, métrica, repetición y movimiento - se diseñan un centenar de Composiciones. De su análisis se desprende que en su mayor o menor grado de monotonía, juegan un papel determinante la asimetría, la relación de escala, la oblicuidad o verticalidad de las formas, siendo es esas masas de color los contrastes cromáticos -de complementariedad, saturación y en especial, los de claroscuro- los que más significativamente impulsan la creación de ritmo. Ritmos que se jerarquizan como: Monótonos, Atenuados, Reglados, Cadenciosos y Acelerados. Por último en los apéndices se exponen un sucinto análisis y comentario de la obra rítmica de los siguientes pintores: Delaunay, Palazuelo y Dorazio.