Loras y paramera de la lora en burgos. El incierto horizonte del desarrollo rural en un espacio de montaña media en recesión demográfica
- Fernando Molinero Hernando Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Valladolid
Fecha de defensa: 10 de octubre de 2013
- Milagros Alario Trigueros Presidenta
- Eugenio Baraja Rodríguez Secretario
- Felipe Leco Berrocal Vocal
- Juan Ignacio Plaza Gutiérrez Vocal
- Rosario Galdós Urrutia Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
INTRODUCCIÓN Loras y Paramera de la Lora en Burgos es la denominación de la unidad espacial, de escala comarcal (1.472 km², 13 municipios y 119 núcleos de población habitados y apenas 4.253 habitantes, según el último Censo de 2011) susceptible de ser estudiada bajo la perspectiva y métodos de la Geografía Regional, es decir, aquella que permite un análisis geográfico integrador de todos los elementos y factores que conforman su compleja realidad, permitiendo alcanzar una síntesis omnicomprensiva del espacio y su potencialidad de desarrollo. Dos son los aspectos esenciales sobre los que pivota el trabajo. Uno físico, clave de los condicionantes y potencialidades de un espacio de montaña media y transición bioclimática, de gran singularidad geomorfológica y geográfica en el sector más meridional de la Cordillera Cantábrica; el otro humano, pues se trata de un espacio en recesión demográfica, el aspecto más definitorio de su actual situación regresiva y de sus dificultades para mantener la continuidad socio-económica, la gestión del territorio y la cobertura de servicios esenciales. La espina dorsal y fin último de este trabajo es valorar las posibilidades de desarrollo rural, un concepto intrínsecamente integrador y multifactorial, que da lugar a un esquema analítico complejo con vocación de entretejer argumentos explicativos plurales sobre la singularidad física y el valor patrimonial del espacio y sus paisajes, la marginalidad espacial en su dimensión histórica, la recesión y atonía demográfica y las dificultades y desventajas para lograr un desarrollo económico y social sostenible en el tiempo. En definitiva, es ésta una tesis de Geografía Regional enmarcada en la tradición geográfica pero cuyos métodos han sido revisados en la perspectiva de las interrelaciones que se plantean, a partir de enfoques contemporáneos sobre las repercusiones sociales y económicas del envejecimiento, la reordenación del territorio, la evolución de las actividades agrarias y no agrarias del espacio rural, los valores patrimoniales y su proyección turística, los conflictos de intereses entre actividades económicas, las tensiones sobre el espacio y, en definitiva, los desafíos del desarrollo rural. CONTENIDO DE LA INVESTIGACIÓN El trabajo se estructura en cinco partes (24 capítulos). Las dos primeras hacen referencia a las Herencias y condicionantes del espacio comarcal, en relación con el medio físico y la ocupación y aprovechamiento secular de este espacio. Las dos siguientes analizan la Sociedad, Economía y Territorio presentes. La quinta y última se refiere al Paisaje y Patrimonio como importantes activos para el desarrollo rural. Entre todas ellas se establece un diálogo permanente, de tal manera que las partes se van apoyando entre sí para la conformación de un discurso explicativo integrado y circular. La PARTE PRIMERA está dedicada a desentrañar EL ENTRAMADO FÍSICO DEL ESPACIO GEOGRÁFICO, con una extensión y profundidad quizá mayor de lo habitual en los estudios regionales debido a la importancia del medio en la comarca como clave geográfica en su papel condicionante de la ocupación humana y de los aprovechamientos posibles, no sólo agrarios, en la actualidad. Un tipo singular de relieve plegado inverso resultado de una génesis y evolución morfotectónica complejas, de gran particularidad dentro de la unidad más amplia de relieve plegado, en materiales de la cobertera mesozica, en la que este espacio se inscribe. Sinclinales colgados, las loras, aparecen destacados en disposición sucesiva en el sector occidental, separados por valles amplios, que son combes o anticlinales vaciados. La unidad de Las Loras enlaza por el este con la vasta Paramera de la Lora, un sinclinal colgado de amplio radio compartimentado por la incisión en cañón de los dos ríos principales que surcan la comarca, el autóctono Rudrón y su colector, el Ebro. En conjunto, un espacio bastante accidentado, con pendientes enérgicas y desniveles propios de montaña pero de altitudes moderadas; de transición desde el punto de vista bioclimático y también hidrológico, pues el avenamiento, caracterizado por la débil densidad de cursos fluviales, se organiza hacia dos cuencas hidrográficas distintas, destacando los recursos hipógeos debido a la entidad superficial de las calizas cretácicas, armazón estructural de los relieves culminantes; de terrazgo limitado y discontinuo por la escasez de suelos fértiles, siendo dominante el espacio inculto con escasez de bosques y predominio de pastos ralos que acusan la aridez estival. Así pues, se analizan en esta parte los límites y aptitudes del espacio para su ocupación y aprovechamiento, pues, si históricamente el medio ecológico ha sido percibido por la población como un gran condicionante en su papel de espacio económico y productivo, la misma trama física, de imponente belleza y calidad ambiental, es en la actualidad un recurso patrimonial de primer orden. La PARTE SEGUNDA se centra en analizar la CONFORMACIÓN HISTÓRICA DEL TERRITORIO. Esta área marginal, con mayor competencia y protagonismo en épocas de inestabilidad que de paz, conserva vestigios de una ocupación muy antigua y bastante continuada en el tiempo, que ha fraguado en un sistema de asentamientos, un modelo de aprovechamiento y una organización territorial reconocibles en muchos aspectos del espacio actual. La herencia espacial, los sistemas de relación, la caracterización de la economía y de las sociedades tradicionales y sus modos de vida, son objeto de estudio en esta parte, permitiendo comprobar como se han mantenido en el tiempo las mismas servidumbres y limitaciones para el crecimiento demográfico y el tipo de aprovechamientos, con estrategias de subsistencia elementales como la contención consciente del crecimiento de las poblaciones, la emigración y la roturación al límite del terrazgo posible, o la búsqueda de la diversificación económica a partir de la dedicación a actividades complementarias a la principal agraria. La PARTE TERCERA, titulada POBLACIÓN, POBLAMIENTO Y VERTEBRACIÓN TERRITORIAL pone el acento en la situación demográfica actual, marcada por la debilidad social y sus consecuencias sobre el vigente modelo territorial. En efecto, el delicado equilibrio del sistema de subsistencia para las pequeñas poblaciones aquí asentadas toma un nuevo rumbo desde mediados del siglo XX, cuando el devastador proceso del éxodo rural diezma a estas sociedades en número y las convierte en envejecidas, carentes de vitalidad y estructuralmente irrecuperables. Una herencia fatal, cuyas consecuencias (la atonía demográfica y el vaciamiento del territorio) tienen repercusiones sobre la actividad económica, predominantemente agraria y sin reemplazo generacional, pero también sobre la ordenación y administración del territorio, la calidad de las infraestructuras y la cobertura de los servicios esenciales, por el despoblamiento y la gran dispersión de unos núcleos cada vez menos poblados. Cuestiones todas ellas que, junto a las alternativas y estrategias puestas en marcha para hacerlas frente, como la reorganización administrativa o el sistema de relaciones funcionales para la provisión de servicios básicos, conforman los capítulos de esta parte. La PARTE CUARTA, centrada en analizar la ESTRUCTURA ECONÓMICA Y EVOLUCIÓN SOCIO-ESPACIAL del espacio comarcal actual, revela que el despoblamiento no ha frenado la adaptación, pues los habitantes que han permanecido y viven del campo, o siguen vinculados económicamente al agro de la comarca, han modernizado sus explotaciones y las han hecho más o menos rentables dentro del exigente marco competitivo actual, aunque no pocas son complementarias, siendo notable el número actual de explotaciones ATP. Los capítulos de mayor desarrollo son los dedicados al espacio agrario y su potencial de aprovechamiento y a la organización y viabilidad de la actividad agraria. Los siglos de ocupación y organización del espacio agrario en la comarca han configurado un espacio reconocible en la estructura básica del actual. Sin embargo, sobre ese bastidor secular se han materializado cambios estructurales y nuevas orientaciones debidas a la necesaria modernización y adaptación del sector agrario a la coyuntura demográfica post-emigratoria y a la productiva impuesta por el mercado y las políticas agrarias. En los espacios de montaña o de media montaña como el que nos ocupa, la adaptación ha sido y es difícil, y la primera consecuencia es el abandono de parte del espacio cultivado y la importancia creciente de las tierras incultas, que siempre han supuesto la mayor proporción del territorio comarcal, con predominio de la superficie erial a pastos sobre la forestal de bosque y monte leñoso-arbustivo denso. No obstante, la cabaña ganadera, en retroceso progresivo, es un aspecto a destacar debido al predominio del espacio ganadero dentro del espacio agrario. De entre los esquilmos posibles destaca la patata de siembra, como cultivo original, distintivo y más rentable aunque circunscrito a unos cuantos municipios, debido a su condición de cultivo normalizado y sujeto a un estricto control productivo y comercial. Su interés económico ha alentado la modernización de las explotaciones que la cultivan y la transformación en regadío a partir de la construcción de pequeñas balsas de riego, pero, la progresiva disminución de la superficie de cultivo está en relación con el envejecimiento de la población y el abandono de las explotaciones por falta de reemplazo generacional. El análisis integral del tejido económico incluye a las actividades y empresas no agrarias, que en la comarca son escasas y poco diversificadas, generan poco empleo y tienen una incidencia menor en la organización espacial, concentrándose la mayor parte de las actividades industriales y de servicios en los municipios más próximos a Burgos, benefi¬ciarios de unas ventajas de relación y de accesibilidad que el resto del territorio no posee. No obstante existen algunas actividades extractivas originales, tanto desarrolladas (campo petrolífero de Sargentes-Ayoluengo) como por desarrollar (proyecto de extracción de gas pizarra mediante fractura hidráulica en un amplio sector de la Paramera de Sedano-Masa y de la combe del Tozo). Otra ocupación del territorio reciente, en la que la comarca demuestra competencia, es en la instalación de parques eólicos en la destacadas y aireadas plataformas tabulares de loras y paramera, cuyo número no ha dejado de crecer a lo largo del presente siglo, suponiendo ingresos interesantes para los Ayuntamientos por el alquiler de unos espacios de pastoreo, infrautilizados. La PARTE QUINTA y última incide en los destacados valores patrimoniales, naturales y culturales, de la comarca, a partir de los cuales puede configurarse una oferta de ocio capaz de dinamizar un sector, el del turismo rural que contribuya al desarrollo de este espacio. Una reflexión teórica inicial sobre ¿Patrimonio, paisaje y desarrollo rural¿, pone el acento en que, más que los bienes patrimoniales considerados de manera aislada es el propio territorio, singularísimo y original, el verdadero patrimonio, esto es, el propio espacio como continente que da sentido a un contenido que precisa una comprensión integradora y contextualizada. Se analizan en esta parte las iniciativas comarcales surgidas en torno a los recursos patrimoniales para la potenciación del turismo rural, así como las infraestructuras de difusión, alojamiento y restauración sobre las que se sustenta una oferta de servicios turísticos nada fácil de promover en espacios rurales regresivos y envejecidos. Estas circunstancias comprometen la viabilidad misma del turismo rural como alternativa de desarrollo, dado el difícil sostenimiento de la multifuncionalidad del espacio en espacios social y económicamente marginales. CONCLUSIONES La condición de espacio de media montaña, con limitación para su aprovechamiento y ocupación y una estructura social caracterizada por la recesión y la atonía, llevan a calificar a este espacio como desfavorecido. Muchas de las limitaciones del pasado no han perdido vigencia en la actualidad. Sin embargo, superada la subsistencia, las respuestas de adaptación a las nuevas coordenadas han fraguado en cambios que consolidan una continuidad siempre amenazada, pues, con todos sus condicionantes y herencias, el espacio comarcal sigue estando ocupado y, a su manera, sigue siendo funcional, por más que algunas tierras hayan sido abandonadas en aras de la racionalidad, los pastos se aprovechen con más laxitud de la que admiten, sean muy limitadas y poco capaces de atraer y retener población las alternativas económicas distintas de los aprovechamientos agrarios y se mantenga un sistema de poblamiento que, ante el vaciamiento, mantiene un modelo de dispersión demográfica que desafía la provisión de servicios básicos y amenaza su eficacia. La recesión demográfica y la falta de tono vital son los principales problemas de la comarca. Consecuencia y a la vez causa de su debilidad económica, pues, en el momento actual, resulta difícil discernir si es la falta de dinamismo económico y de oportunidades laborales lo que expulsa a la población o es la falta misma de población susceptible de emprender actividades en la comarca lo que agudiza la debilidad económica, alentando en ambos casos idéntico resultado en el incentivo de la despoblación. Una despoblación que se retroalimenta, pues la decisión de permanecer en el medio rural no es sólo laboral. Otros factores, como la falta de escala para la provisión de servicios esenciales o de ocio, las deficiencias en las infraestructuras o la soledad misma, inclinan la balanza hacia el abandono de los pueblos, unas veces permanente, otras, estacional. Sin embargo, la despoblación convive con el mantenimiento del sistema de poblamiento atomizado heredado de tiempos medievales, revelándose insostenible en las actuales coordenadas demográficas, a pesar de los esfuerzos constantes en las últimas décadas por optimizar su administración y gestión. Numerosos núcleos de población, de muy pequeño tamaño, componen una malla territorial vigente a pesar de su plena disfuncionalidad en el seno del actual sistema de relaciones y de demandas sociales, con un alto nivel de exigencia de bienestar y servicios. Tanto los servicios municipales colectivos como los individuales de sanidad, educación, movilidad y servicios sociales generan un gran esfuerzo público, puesto permanentemente en entredicho por las Administraciones de rango superior, que no cesan de alentar fórmulas de reorganización municipal y supramunicipal. Sin embargo, si la dimensión de los 13 municipios actuales, muy reducida en habitantes que no en superficie, redunda en una administración compleja, unidades de mayor tamaño son muy cuestionables dada la complejidad de un relieve con desniveles de montaña y grandes estructuras que interfieren las comunicaciones y las ralentizan, restando eficacia a las agrupaciones administrativas. Contra todo pronóstico, la magnitud del despoblamiento no ha supuesto el abandono de las poblaciones, pues la mayoría de las viviendas de los pueblos están hoy en día arregladas y en uso, habitadas al menos una parte del año aunque cerradas la mayor parte del mismo. Es el impacto de los nuevos residentes temporales, en su mayoría jubilados retornados y de la segunda residencia sobre un espacio rural dual: demográfica y productivamente en decadencia pero cotizado según los nuevos patrones del ocio urbano que, con una ocupación temporal, contribuyen a avivarlo estacionalmente, manteniendo los pueblos en buen estado de conservación, a pesar de la insignificancia de su censo envejecido. Dotado el espacio de un notable patrimonio natural y cultural, la comarca tiene argumentos para el desarrollo del turismo rural. Un potencial importante pero limitado, por el tipo de turismo que esta clase de oferta genera: de baja densidad, de gasto medio-bajo, estacional e inseguro. Sucede aquí, como en tantos otros espacios rurales, que las posibles iniciativas de desarrollo basadas en la oferta turística sólo serán sólidas si están construidas sobre la base de su complementariedad a las otras actividades del tejido productivo, pues el turismo rural rara vez es una fórmula única de desarrollo, sino que contribuye a él junto con otras actividades, siendo la única vía posible la diversificación y el mantenimiento de la pluriactividad en el medio rural, que en ningún caso es fácil en contextos demográficos tan regresivos. Muchas certezas que, a partir de la investigación que da forma y contenido a esta Tesis, se tornan incertidumbres de futuro para el sostenimiento socio-económico y el desarrollo rural de esta comarca, paradigma de otras tantas de media montaña en similar situación desfavorecida.