Sverre Fehnla forma natural de construir
- Josefina González Cubero Zuzendaria
Defentsa unibertsitatea: Universidad de Valladolid
Fecha de defensa: 2010(e)ko abendua-(a)k 13
- Ramón Rodríguez Llera Presidentea
- Daniel Villalobos Alonso Idazkaria
- Rémi Papillault Kidea
- María Fátima Alves Sales Varao Kidea
- Alberto Campo Baeza Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
La Tesis Doctoral titulada SVERRE FEHN: LA FORMA NATURAL DE CONSTRUIR aborda la arquitectura moderna desarrollada por dicho autor en el panorama cultural internacional en la segunda mitad del siglo XX. En primer lugar se estudian los orígenes de la modernidad en Noruega estableciendo sus raíces en el interés de pioneros como Arne Korsmo y Knut Knutsen por el Movimiento Moderno, interés que sumado a la herencia constructiva vernacular conforma la identidad moderna de la vanguardia arquitectónica noruega, noción de la que se nutre Sverre Fehn desde su formación académica. En sus años de juventud Fehn participa en los CIAM y forma parte de PAGON (Progresive Architects' Group of Oslo, Norway) junto a Norberg Schulz, Jorn Utzon y el propio Korsmo en 1951, lo que posteriormente le permite trabajar en París junto a Jean Prouvé en 1954. Este hecho deja una huella palpable en toda su trayectoria caracterizada por una arquitectura en la que la racionalidad constructiva, la industrialización de los materiales, la modulación de la forma y la economía de medios constituyen la base que fundamenta su obra. Desde sus comienzos, Sverre Fehn lleva a cabo constantes viajes que le conducen de la geografía cultural del norte a la del sur de Europa, y viceversa, viajes protagonizados por su estancia en Marruecos en 1951 donde vincula la intemporalidad de la arquitectura primitiva y el efectivo progreso técnico y conceptual de la forma moderna, sincretismo que se le presenta como un modo de hacer arquitectura. Siguiendo el ejemplo de los personajes ideados por Knut Hamsun o Henrik Ibsen, el arquitecto encarna el mito del viajero nórdico que se debate constantemente entre la tradición del lugar y la técnica que brinda el progreso, entre los exuberantes parajes y los significativos logros del pensamiento moderno, entre el lenguaje de la naturaleza y el de la creación humana, comprendiendo, a través de reiteradas fábulas gráficas que alimentan sus proyectos, que se encuentra abocado a forjar y perseguir un acuerdo positivo entre ambos mundos, como hicieron los pioneros del Movimiento Moderno. En ese sentido, las narraciones gráficas de Sverre Fehn demuestran la transformación creativa con que el arquitecto recompone el mundo que le rodea para extraer su devenir sustancial. En sus fábulas, líneas y trazos coloristas se deslizan con aliento nervioso, desvaneciéndose y volviendo a cobrar intensidad cada poco, ilustrando su faz de meditada labor. Las hojas terminadas hablan de un tiempo pasado, reflexivo, en que el arquitecto conceptualiza aquello que ve para luego dibujarlo y construirlo. Sverre Fehn trasciende las fronteras de la opresiva atmósfera cultural noruega de mediados del siglo XX y se dedica intensamente a la enseñanza, primero impartiendo conferencias en Finlandia, Dinamarca y Suecia, y luego formando parte de la fundación de la Escuela de Arquitectura de Oslo en 1971. La actividad docente le pone en contacto con reputadas escuelas como la Architectural Associations de Londres, la Cooper Union de Nueva York, ó la Universidad de Urbino, lugares donde entabla amistad con Giarcarlo de Carlo y John Hejduk, entre otros. La conciencia de que la arquitectura transforma el emplazamiento sin vuelta atrás, lo excavan, lo perforan e incluyen en él agentes impropios, no hace sino reforzar su idea de hacerlo visible a través de la arquitectura, de sacar a la luz su memoria, su tiempo, de cifrar en pura construcción la experiencia de ser literalmente parte de él. Sus intervenciones, muchas de ellas exitosos concursos que no llegan a construirse, son casi presentimientos de cada enclave, episodios singulares que formulan constantemente un diálogo con el entorno y el contexto. Su obra encarna, hace visible y complementa el lugar. Aspectos de la arquitectura como la atención al paisaje, la creación de orden con la estructura, el cuidado de la luz y la forma en que la obra refleja la memoria del lugar, constituyen la urdimbre esencial de sus edificios, en su mayor parte museos, pabellones y viviendas. La analogía y la metáfora arquitectónicas son procedimientos clave para entender la obra de Fehn. El legado de fábulas y proyectos que deja el autor noruego se debate entre el hecho arquitectónico entendido como elocuente lenguaje constructivo, el espacio concebido como memoria del lugar y el dibujo como reflejo de las vivencias que acompañan al arquitecto nómada en sus viajes y clases. La atención que presta a las cualidades del tiempo y la naturaleza donde opera no son simple imitación, o aún peor, simulaciones superficiales. Fehn se protege de tales peligros con una actitud carente de veleidades, rigurosa e intensa en lo formal, pero también refinada en la interpretación poética y cultural que hace del entorno y, sobre todo, precisa respecto al arte constructivo que emana de cada idea y cada material. La distancia intelectual que une la creación humana y el lenguaje de la naturaleza, es la senda por la que discurren los pasos que da Sverre Fehn en su arquitectura guiado por LA FORMA NATURAL DE CONSTRUIR.