La vida como drama, la muerte como salvación. El concepto del arquero orteguiano en el árbol de la ciencia de pío baroja
- Konkiewicz, Magdalena
- José Ramón González Director
Universidad de defensa: Universidad de Valladolid
Fecha de defensa: 08 de febrero de 2016
- Mercedes Rodríguez Pequeño Presidente/a
- Susana Gil-Albarellos Pérez-Pedrero Secretaria
- Epicteto Díaz Navarro Vocal
- María Rubio Martín Vocal
- Javier Rodríguez Pequeño Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El objetivo de la siguiente tesis es analizar las inquietudes vitales encerradas en la figura de Andrés Hurtado, el protagonista de El árbol de la ciencia de Pío Baroja a la luz del concepto, ideal orteguiano del ser humano presentado por el filósofo como el incansable arquero que apunta su flecha, que simboliza la vida, hacia lo más alto, hacia lo más profundo. El punto de partida y base para este trabajo es la filosofía de Ortega y Gasset, su concepto de la vida y del ser humano. De ahí, la primera parte de la tesis la dedico a los conceptos y factores que, según Ortega y Gasset, forman nuestro vivir y que, al mismo tiempo, modelan y determinan el perfil del ser humano presentado en su pensamiento. En primer lugar presento el concepto de la circunstancia orteguiana como el único, impuesto e irrevocable medio, como la única e irrepetible realidad vista e interpretada por cada uno de nosotros según la perspectiva personal, desde el punto de vista individual basado en nuestras experiencias, nuestro conocimiento y nuestras pretensiones ante la vida y ante nosotros mismos. A continuación se profundiza el concepto de la vida, cuyo proyecto, según Ortega y Gasset, nace en la intimidad de nuestro yo en el proceso de ensimismamiento y, que movido por la voluntad de vivir, de actuar, sale hacia fuera para hacer frente al mundo exterior, para llevarse a cabo en el seno de la circunstancia a veces amistosa y favorable, en otras ocasiones adversa y hostil. Más adelante presento dos diferentes posturas ante la vida encerradas en dos tipos distintos del ser humano. Se trata del hombre masa, el mimado señorito cuya vida se limita a exigir, se centra en mandar, en imponer su falsa y superficial visión del mundo; y del hombre selecto, el incansable arquero, el inagotable aventurero que apunta su flecha hacia lo más alto, que a pesar de las adversidades y contrariedades, acompañado de la vocación e imprevisible azar, lucha por ser su yo imaginario. Es el héroe orteguiano, condenado a naufragar, a rendirse ante la realidad social, ante la circunstancia que no le entiende a él y en la que él se siente perdido y ajeno. El hombre, llegamos a la conclusión en las páginas de mi estudio, aunque arraigado en el mundo social, aunque rodeado de otra gente, vive su vida solo, en la profunda soledad. Su vida tiene tres dimensiones: está radicada en el presente, en el incambiable aquí y ahora; está orientada hacia un imprevisible futuro basado en las creencias, y se vincula a la experiencia del pasado, que es su señal, su luz, en resumidas cuentas, lo único firme y fijo en lo que puede confiar. En su incesante quehacer, al dirigirse hacia el futuro, el ser humano en el pensamiento de Ortega, escribe su historia, narra su novela que empieza con la llegada al mundo que no elige y termina con la muerte, que o le sorprende o le alivia, le quita de encima este trágico peso que es la vida. Aunque el referente para el estudio de la obra barojiana es el pensamiento de Ortega y Gasset, en la segunda parte de mi tesis analizo también la influencia filosófica de dos grandes pensadores, Arthur Schopenhauer y Friedrich Nietzsche, en la creación literaria del escritor vasco y en su visión del mundo compuesto por la voluntad, la lucha y el dolor sentido con más intensidad gracias a la capacidad humana de conocer y analizar. Como en la vida de cada hombre tiene profunda e interminable influencia su entorno, la circunstancia, la sociedad en la que vive, a continuación describo la sociedad madrileña representada en El árbol de la ciencia. A partir de la novela de Baroja y también a la luz de la propia experiencia del autor descrita en sus Memorias presento su función, sus rasgos característicos y mecanismos, tanto negativos como favorables, en la creación del yo auténtico y particular de cada ser humano. Presento, al mismo tiempo, los inagotables intentos de Pío Baroja de entender el mundo. Presento al hombre guiado por la extrema hipersensibilidad, que le condena a él y a todos sus protagonistas que reflejan sus conflictos e inquietudes, a vivir en un profundo desacuerdo con el mundo, en un conflicto consigo mismo que desemboca en el melancólico y decadente aislamiento. La tercera parte de mi estudio la dedico al personaje principal de El árbol de la ciencia. El tema básico del último capítulo es su lucha por encontrarse en el mundo hostil, es su afán de vivir de acuerdo con la voz de su yo íntimo, fiel a su proyecto vital esbozado en la soledad de su ensimismamiento. De ahí su vida como un continuo enfrentamiento entre su voluntad de ser el que quiere ser y la circunstancia enemiga, que nunca será capaz de reabsorber, de aceptar. Apoyándome en la filosofía de Ortega y Gasset dedicada a la existencia humana y la visión pesimista de Baroja llego a la conclusión de que de la vida es un drama y el hombre, su protagonista, un héroe trágico. La única solución y el modo de combatir el caos y la confusión de la realidad circunstancial es el rechazo, la protesta y la resignación que sólo se puede manifestar y alcanzar con la muerte. La muerte que es la huida, es la única forma de salvar la dignidad y la autenticidad humana.