Imagen, discurso y memoria de la práctica góticaZamora, en torno a 1500

  1. Muñoz Gómez, Elena
Dirigida por:
  1. María Lucía Lahoz Gutiérrez Directora

Universidad de defensa: Universidad de Salamanca

Fecha de defensa: 25 de noviembre de 2021

Tribunal:
  1. Pedro Manuel Cátedra García Presidente
  2. Miguel Hermoso Cuesta Secretario/a
  3. Rosa Alcoy Pedrós Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

A través de los vestigios del arte gótico en Zamora en torno a 1500, este estudio se aproxima a la Historia del Arte como objeto de investigación, entendida como conjunto de métodos que permiten tomar conciencia de los mecanismos artísticos que configuración identidades. Teniendo en cuenta la resignificación de los fenómenos visuales y sus funciones psicológicas, sociales y políticas, en cada capítulo (relativamente independientes e interconectados) se aplican nociones de “imagen”, “discurso” y “memoria” al análisis de casos, para interpretar imágenes, materiales e inmateriales, según códigos culturales propios de las coordenadas que tradicionalmente enmarcan la transición entre medievalidad y modernidad. Incidiendo en esa idea de transición histórica, el primer capítulo liga tres cuestiones fundamentales para la investigación del arte gótico: la iconografía de los historiadores del arte, el realismo simbólico de la pintura flamenca, y la construcción figural de la historia que interpretan tanto esos pintores como sus historiadores, basándose en las prácticas exegéticas. Tras ese cuestionamiento de la historia lineal, en el siguiente capítulo se critica la idea de obra de arte y de aplicación decorativa, a través del análisis de la tapicería, teniendo en cuenta su función sociopolítica como objeto de representación del poder y elemento fundamental en la construcción del espacio habitable. El estudio se centra en la serie de la Guerra de Troya del Museo Catedralicio de Zamora, obra que, a partir de aquella concepción figural de la historia, permite articular las antítesis de profano/religioso, pagano/cristiano, gracias a su función traductora, en términos socioculturales; su composición técnica, como pieza interartística, y su definición de época como historia, dan entrada a un concepto de autor, que desvela la ligazón del tapiz con el libro, en tanto aparato de historiar en imágenes. En el apartado que sigue, se pasa del autor al promotor, del arte foráneo en Zamora al cuño local, de la superficie a la arquitectura, y tras la acentuación de lo clásico en ámbitos profanos, se tildan temáticas religiosas en atención a la imagen eclesiástica, y a los riesgos que conlleva el documentalismo, en un estudio contextual dedicado a las empresas obispales que inauguran la operación de imagen tardogótica en la ciudad y la catedral de Zamora, en la segunda mitad del siglo XV. Ello lleva a resaltar el auge del culto privado en el templo, ejemplificado en el sepulcro de Juan de Grado: una escultura cuyas funciones narrativas la convierten en lugar de fijación de memorias individuales. Respecto a memorias colectivas, a través de la sillería coral del templo, se acotan problemas teóricos que han dado lugar a interpretaciones controvertidas a cerca de la iconografía llamada marginal y profana. Tras cuestionar el modelo de interpretación de estos muebles, el estudio se centra en el motivo de Aristóteles Cabalgado, apoyado en bibliografía transversal y fuentes literarias, para aclarar asociaciones textuales que provocan la polisemia de este tema y su versatilidad. La crítica a la teoría del Poder de la Mujer, desde los estudios visuales, y de la función cómica de la iconografía, descubre un discurso ideológico que se transmite en las sillerías, donde los motivos se combinan en un juego de connotaciones que da sentido a estas escenas: son imágenes de lo profano sometidas al programa eclesiástico de un coro, que encierra un lugar para la representación al servicio de una política disuasoria, que incluye lo invertido como exclusión y lo revierte en el orden establecido, fruto de una legislación de la vida privada y expansiva al margen social. Ello abre nuevas posibilidades de estudio comparativo de imágenes y textos, incidiendo en el uso de las imágenes como herramientas de un aparato disciplinante. El problema de la detección de fuentes textuales y gráficas, y del atribucionismo que ha marcado el estudio de las sillerías, encontrará mayor desarrollo en el capítulo dedicado a la crítica de los métodos de construcción del “arte gótico español” a partir de la obra de Fernando Gallego, pintor que se ha venido haciendo representante de un periodo histórico-artístico ligado a una identidad nacional cuestionable en tanto motor del estilo. La segunda parte del capítulo se concreta en el retablo mayor de Zamora atribuido al taller de Gallego, y en las fuentes documentales de su historiografía: el Itinerario de Jerónimo Münzer, esta es, la fuente más antigua citada acerca de dicha obra, que abre nuevas posibilidades de interpretación, y permite vincular el retablo desaparecido a otras obras. Termina el trayecto en la celebración de reliquias del 26 de Mayo de 1496 en Zamora: la Reinvención de los Cuerpos Santos. La fiesta restaura y perpetúa un acontecimiento relatado en el siglo XIII, dando visibilidad a un programa humanístico condensado en imágenes de culto, que narran implícitamente la Vida y Muerte (siglo VII-VIII) Traslado (de Toledo a Zamora en la Reconquista) e Invención de san Ildefonso (en Zamora, en el siglo XIII), y de san Atilano: una doble hagiografía que no se explicita por extenso en obras plásticas ni escritas. Ciclos parciales, ideológicamente interesados, en el arte plástico, en esculturas monumentales o miniaturas, vinculan Zamora con Toledo a través de estas reliquias, en retablos funerarios y reformas arquitectónicas ligadas a los obispos que contribuyeron a afianzar esta historia en la memoria local y nacional. Cofradías del alto clero y nobleza urbana fueron constituidas en el templo-relicario de San Pedro, en torno a estos cultos que dieron autonomía a la diócesis, asumieron la devoción del obispado y el patronazgo civil, se asociaron a los cultos marianos de los partidos rurales, y a los poderes monárquicos y pontificios, para completar un artefacto ideológico que pretendía cohesionar grupos sociales y centros culturales, delineando el mapa administrativo de la concordia católica. La Reinvención era símbolo del lazo comunitario y del fin de las disensiones bajo el ideal de unidad de los Reyes Católicos, una maniobra historiográfica y propagandística, e imagen de fe, con la que se quiso construir la memoria histórica de la ciudad a fin de siglo XV, e importarla como símbolo de representación del clero hispano en Roma, en una operación de imagen que pone de manifiesto, además, la arbitrariedad de las divisiones histórico-estilísticas y, de nuevo, el valor historiográfico que se concede a determinadas representaciones.