Repensar la (in)posibilidad del nosotros. Tentativas en torno a los medios de producción de subjetividad

  1. Vieta Salomó, María Luisa
Zuzendaria:
  1. José Manuel Bermudo Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universitat de Barcelona

Fecha de defensa: 2019(e)ko urria-(a)k 29

Epaimahaia:
  1. Josefina Birulés Bertrán Presidentea
  2. Antonio Castilla Martín Idazkaria
  3. Carmen Pardo Salgado Kidea

Mota: Tesia

Teseo: 607836 DIALNET

Laburpena

Atendiendo a la cuádruple economía de la realidad social: fuerza, poder, saber y subjetividad, este trabajo de investigación aborda de modo concreto cómo los medios tecnológicos de masas, en especial los de la información y la comunicación que despuntan en occidente a partir del siglo XIX, y que se corresponden con una determinada articulación de poder y saber, transforman el régimen de organización social capitalista, la subjetividad que produce y la relación que este y esta mantienen con el campo de relaciones de fuerzas. Producto de una compleja programación que captura, organiza y distribuye los medios y modos de producción de sensibilidad, la subjetividad hegemónica tiende a erigirse exclusivamente como bastión de control de la estabilidad y dispositivo de actualización del sistema de saber y poder del cual deriva. Fuera de sí misma, es situada en la primera línea de defensa, la más abatida y expuesta, para aplacar y digerir cierto potencial de disolución que le es inherente, por constitución, al régimen social de organización capitalista. Consumar el resultado que a cada momento envía el cuerpo social y del que técnicamente se apropia y reenvía como el suyo individual parece ser su función primordial: entre la identidad y la despersonalización garantizada por los medios tecnológicos de masas dirigidos principalmente hacia el control de la sensibilidad y de los modos de representación. Ahora bien, hendir el sistema de poder y saber que caracteriza al régimen de organización social capitalista, a través de una práctica de desactivación de la subjetividad hegemónica, siempre y cuando este proceso de (de)subjetivación libere las relaciones de fuerzas de las constricciones que impone la organización social, todavía es posible. Las relaciones de fuerzas no capturadas por el poder ni el saber, en efecto, dislocan la funcionalidad que enerva la tecnología. Sin este desvío que acusa la ruptura, además, sería imposible mantener la subjetividad afuera y abierta (subjetividad transversal). Pues este articula, precisamente, un campo diferencial de distancias, autorreferencial, por el cual la tecnología, y la subjetividad, se ponen al servicio de lo que les es heterogéneo, una perspectiva temporal, en lugar de subyugarse a la organización social.