El Congreso de la Unión y las emisoras de televisión en el México contemporáneoLa disputa por la representación de la sociedad después de la alternancia

Resum

La tesis estudia la participación de las dos cadenas nacionales de televisión en México en la disputa por el poder orgánico del Estado a partir de la promoción de cambios estructurales del sistema político. El fenómeno se analiza a partir de la constatación de la difusión frecuente de juicios adversos a la proporcionalidad como vía de elección de legisladores. Estas valoraciones son recurrentemente emitidas por los medios de difusión, particularmente las televisoras, y en ellos se dos argumentos especialmente relevantes: a. El sistema de proporcionalidad se estableció en función de condiciones históricas actualmente inexistentes y por tanto debe suprimirse y b. Los diputados electos por esta vía no son representantes populares votados. Estos dos criterios se contrastan con el desarrollo histórico que en las leyes ha tenido la representación parlamentaria, por una parte, y por la otra con la medición del efecto orgánico del peso electivo de los ciudadanos. De este contraste se desprende que, en sentido inverso a los juicios mediáticos comunes, la representación proporcional es el resultado de un proceso de apertura a la pluralidad política en función de las condiciones sociales nacionales en el último medio siglo, que en el momento actual, requieren reglas de representación capaces de incluir a electores muy diversos que bajo un sistema mayoritario resultarían excluidos del parlamento. Por otra parte, la medición del efecto orgánico del voto de cada elector en la conformación de la representación reporta que, tras el establecimiento del sistema proporcional, subsiste una sobrerrepresentación muy grande en favor de quienes votan por candidatos ganadores. Sin embargo, la transformación del sistema político perseguida por las televisoras les significa la posibilidad de incrementar su influencia en los espacios del poder público en virtud, coyunturalmente, de su convergencia política con el Partido Revolucionario Institucional, la fuerza política más homogéneamente distribuida en el país y, estructuralmente, por su mayor capacidad de incidir en la elección de candidatos pertenecientes a mayorías relativas locales y no a fuerzas nacionales de diversa magnitud.