Dinamiche insediative e organizzazione territoriale a sud di Padova in età romana

  1. Matteazzi, Michele
unter der Leitung von:
  1. Guido Rosada Doktorvater/Doktormutter
  2. Josep María Palet Martínez Co-Doktorvater/Doktormutter

Universität der Verteidigung: Universitat Rovira i Virgili

Fecha de defensa: 23 von April von 2013

Gericht:
  1. Giuseppe Ceraudo Präsident/in
  2. G. Salemi Sekretär/in
  3. Enrique Ariño Gil Vocal

Art: Dissertation

Teseo: 368369 DIALNET

Zusammenfassung

Esta tesis doctoral propone el estudio de un amplio tramo de la baja llanura que se extiende al sur de la ciudad de Padua, entre las colinas Euganeas y la Laguna de Venecia. La zona se caracteriza por una gran variabilidad e inestabilidad morfológica, principalmente debido a la complejidad del sistema fluvial que la define y que encuentra en los ríos Adige y Brenta sus principales agentes; pero, sobre todo, un elemento de fuerte desestabilización es la presencia de la laguna, en la cual drena todo el sistema y que, desde la antigüedad, ofreció zonas portuarias que resultaron fundamentales para el desarrollo económico de la ciudad de Padua. El objetivo principal del estudio era abordar una investigación sistemática de la compleja relación entre el hombre y el paisaje que se ha desarrollado en esta zona durante la época romana (considerada entre los siglos II a.C. y VI d.C.), tratando, por una parte, de identificar las dinámicas ambientales que al mismo tiempo favorecieron y acondicionaron la ocupación humana y, por otra, de llegar a una mejor definición y comprensión de las formas que tomó esta ocupación y del impacto real que ella tuvo sobre el paisaje natural. La investigación se ha basado en los principios teóricos y metodológicos expresados por la Arquelogía del Paisaje y se ha desarrollado a través de un enfoque de tipo arqueomorfológico. Este considera el análisis de las diferentes morfologías de origen antrópico que contribuyen a definir el aspecto actual del paisaje, lo que permite atestiguar los diversos cambios que han caracterizado su estructuración. Punto central del estudio ha sido por lo tanto el estudio arqueomorfológico de la red viaria de época moderna. La primera fase ha sido la restitución de los diferentes elementos que la componen que, a partir de un trabajo de foto- y carto-interpetación, ha permitido establecer una secuencia de cronología relativa a la dinámica evolutiva y reconocer así la sucesiva estructuración del territorio. Posteriormente, los datos arqueológicos recogidos y el estudio de la documentación escrita han proporcionado elementos útiles para enmarcar cronológicamente las diferentes formas estructurales restituidas y, por tanto, la secuencia evolutiva previamente identificada. Así, ha sido posible establecer las principales fases estructuradoras del territorio y, sobre todo, analizar desde una nueva perspectiva el impacto que tuvo sobre el paisaje la presencia romana, a la que debemos la creación de una compleja red viaria en la llanura al sur de Padua. La aplicación de esta estrategia de estudio también nos ha sugerido nuevas hipótesis para la reconstrucción de la antigua estructura hidrográfica y nos ha permitido contextualizar y definir mejor el poblamiento de época romana, que ha sido analizado a partir de su relación directa con el medio natural y las infraestructuras territoriales identificadas. A nivel más estrictamente técnico, la investigación se llevó a cabo a través de un trabajo de fotointerpretación y cartointerpretación y del análisis integrado de los datos geomorfológicos, arqueológicos e históricos, así como de una serie de análisis topográficos realizados explotando las numerosas posibilidades que hoy ofrecen los Sistemas de Información Geográfica (SIG). Estos, que en los últimos años se han incorporado ampliamente en los estudios arqueológicos sobre el paisaje, también han proporcionado una base de datos en la que toda la información geográficamente referenciada necesaria para llevar a cabo el estudio arqueomorfológico ha podido ser incluida y analizada en un entorno multi-nivel y multi-escala, y permitiendo además un manejo fácil y eficaz de los datos, una salida gráfica excelente y, sobre todo, una alta precisión espacial. De esta manera, se ha podido observar que, después de una presencia esporádica en el siglo III aC, a partir del siglo II aC la influencia romana en el territorio al sur de Padua es más predominante y se ve con claredad en la introducción de nuevas técnicas y materiales de construcción (p.e. el uso del ladrillo y yeso) que coexisten con métodos tradicionales veneticos, así como la convivencia, en las necrópolis, de elementos culturales característicos del mundo de los Venetos y de prácticas rituales típicamente latinas. En este momento, las fuentes históricas y epigráficas nos hablan también de la construcción de importantes vías consulares, tales como la "vía de Lépido" (174 aC?), la vía Annia (153 aC) y la vía Popillia (132 aC ) que iban a conectar la colonia de Aquileia (fundada en el 181 aC en una franja territorial en la frontera oriental de la Venetia) con las otras colonias importantes de Bononia (189 aC) y Ariminum (268 aC). Esta evidencia aumenta aún más en el siglo I aC, cuando se atestigua la completa romanización de la población veneta y la aparición en el territorio, hacia la mitad del siglo, de una tipología de asentamiento de carácter residencial-productivo de origen itálico, es decir la villa. Además, en este mismo momento, los datos arqueológicos sugieren datar una primera obra de centuriación al norte de Adria, muy bien legible a través de las fotografías aéreas,caracterizada por una modulación de 27x27 actus. No parece casual que estos cambios en la ocupación del territorio se lleven a cabo al mismo tiempo que occurren dos acontecimientos muy importantes para la historia de la Venetia y de la Cisalpina: la concesión del derecho latino a los principales centros indígenas en el 89 aC y, sobre todo, la elevación de estos centros al rango de municipia en el 49 aC por obra de Julio César. En época augustea tienen lugar una serie de cambios estructurales importantes, sobre todo en la zona al sur de Padua. Aquí, se han identificado las trazas referibles a una obra de centuriación que se caracteriza por un módulo de 15x20 actus y estrechamente conectada con los centros de Patavium y de Ateste. Hay que señalar también la creación, en este momento, de una compleja red viaria que encaja perfectamente en la trama centuriada, tanto con los kardines y decumani, como con los ejes diagonales. Estos cambios estructurales se corresponden también a un cambio en los patrones de asentamiento: desde el final del siglo I aC, asistimos al comienzo de una ocupación generalizada del territorio, que se produce principalmente a través de la implantación de nuevas villae y nuevos lugares de culto. Este sistema sigue en funcionamiento hasta el final del siglo II dC, cuando detectamos la desintesificación gradual de los asentamientos rurales, que se sitúan alrededor de los caminos principales o en las zonas más cercanas a la ciudad de Padua. Esta disminución en el numero de los asentamientos parece detenerse entre los siglos III y IV dC, pero con el V y, aún más, con el VI también los últimos asentamientos parecen perder por completo su antigua vitalidad. A partir de este momento, empieza de hecho un período de cambios, tanto a nivel histórico (sobretodo la guerra greco-gótica entre 535 y 553 y la invasión de los Lombardos en el 568) como climático-ambiental, con el establecimiento de un período de intensas lluvias que, combinado con la falta de mantenimiento de la red hidrográfica e infraestructural, lleva muchos ríos a romper sus bancos y a fluir hacia zonas más deprimidas. El resultado es que muchas de estas áreas permanecen por mucho tiempo cubiertas por aguas estancadas que, no pocas veces, facilitan la formación de marismas. En esta fase los sistemas centuriados anteriores acaban, probablemente, desapareciendo, y quedan sólo aquellos ejes que siguen desempeñando una importante función viaria. Esta situación se mantendrá sin cambios hasta al menos los siglos VIII-IX, cuando las fuentes escritas comienzan a hablar de intervenciones de colonización del territorio que culminan, entre finales del siglo IX y el X, con la creación de nuevos centros de atracción de la población (como castillos, parroquias y monasterios) y que dan lugar a la formación de nuevas formas de ordenación territorial (sobre todo, la configuración de sistemas radiales centrados en los nuevos nucleos de población).