El escultor Juan de Montejo y su entorno (1550-1615)

  1. Pérez Martín, Sergio
Dirigida por:
  1. Luis Vasallo Toranzo Director

Universidad de defensa: Universidad de Valladolid

Fecha de defensa: 15 de noviembre de 2022

Tribunal:
  1. Jesús Fermín Criado Mainar Presidente/a
  2. Irune Fiz Fuertes Secretaria
  3. Manuel Arias Martínez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Esta tesis aborda, siguiendo un método eminentemente biográfico, el estudio del escultor de orígenes salmantinos Juan de Montejo. Nacido en 1555 en la parroquia de San Adrián, procedía de un linaje familiar de artistas dedicado fundamentalmente al arte de la pintura, comenzando por su abuelo, Martín de Montejo Villárdiga. Aunque asentados en Salamanca desde las primeras décadas del siglo XVI, sus raíces familiares se hunden en las localidades de Villalpando y Villafrechós, pertenecientes a la antigua diócesis de León, hoy en las provincias de Zamora y Valladolid. La inclinación hacia las artes del joven Juan parecía lógico, pero el hecho de que se decantase hacia la escultura es algo a lo que se trata de respuesta aquí. Y no sólo la razón, sino también hacia donde dirigiría sus pasos para formarse, a lo que se dedica un capítulo monográfico en el que el estudio de esta cuestión y de su estilo permiten plantear una nueva hipótesis a las ya existentes. Con este punto de partida se traza su recorrido juvenil por la provincia de Salamanca y más concretamente por la localidad de Alba de Tormes. Desde aquí se localizan y atribuyen las primeras obras inéditas conocidas, incluso en la que creemos es su primer trabajo, llegado, curiosamente, desde la vecina Fuentesaúco (Zamora). A través de estas dos provincias se reconstruye su vida personal y laboral, su matrimonio y primeros hijos, o su traslado a la provincia de Zamora, donde asentó su primer obrador ya como maestro. En la ciudad del Duero y su diócesis permaneció y trabajo durante algo más de década y media, desde comienzos de la década de 1580 hasta 1597. En este tiempo atendió trabajos por todo el territorio diocesano, con diversas incursiones hacia su tierra natal, con labores cada vez de mayor calado: esculturas, retablos, sepulcros, etc., y en distintos materiales, madera, yeso, piedra, alabastro... Sus excepcionales aptitudes y esta enorme versatilidad hablan de no solo de su buen hacer, sino también de su formación, donde afloraban continuamente unos innegables ecos junianos. Tras establecer diversas etapas en su producción e ir insertando en ellas toda su obra, conocida e inédita hasta este trabajo, se habla también de un periodo final en el que por diversos motivos retorna a su ciudad natal como maestro consagrado. Aquí llevará a cabo algunos grandes encargos, colaborará con otros artífices locales, formará un nuevo taller -desmontado ya el de Zamora- y se abordará varios encargos en los territorios de la antigua Abadía de Medina del Campo, por entonces parte ya de la nueva diócesis de Valladolid. Poco duraron las ilusiones puestas en este nuevo impulso vital, pues en 1601 y de manera inesperada fallecía en Alba de Tormes, trabajando en el convento de las Carmelitas, cenobio que le había visto nace como aprendiz y que le acogió durante diversos momentos de su vida. Como es obvio, y como indica el propio título de la tesis, para entender a Juan de Montejo se ha decidido abordar también su "entorno", tanto en Zamora, como en Salamanca. Por ello se dedican varios capítulos al panorama escultórico zamorano a su llegada a la provincia, a los maestros que convivieron con él y le influyeron, o los que quedaron en Zamora tras su marcha, especialmente el navarro Juan Ruiz de Zumeta, que pudo resultar definitorio a la hora de incorporar en su obra un cierto espíritu romanista. En lo que respecta a Salamanca, se plantea, por primera vez, el papel del hijo homónimo de Juan de Montejo, que mantendría el taller familiar abierto durante algunos años antes de profesar en el monasterio de La Espina, y el devenir de algunos discípulos y seguidores.