Las estampas de santos franciscanos en el Virreinato de Nueva España, durante el siglo XVIII
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Universidad Complutense de Madrid
info
Publisher: EnredArs. Roma Tre-Press
ISBN: 978-84-09-23448-6
Year of publication: 2020
Pages: 249-268
Type: Conference paper
Abstract
[ES] La representación de los santos franciscanos en las estampas abiertas en Nueva España, durante el siglo XVIII, para ornar libros y carteles de tesis universitarias, va a ser muy común. Entre estos santos ocupa un lugar destacado al fundador de la Orden, san Francisco de Asís, o uno de sus santos más venerados, san Antonio de Padua. También hay estampas dedicadas a otros franciscanos menos conocidos como Salvador de Horta, Andrés de Conte o Jacobo della Marca, o el primer santo y mártir novohispano, san Felipe de Jesús, cuyas representaciones gráficas en el Virreinato, fueron muy usuales. El siglo XVIII tiene que considerarse la Edad de Oro del arte gráfico virreinal, gracias a la labor de algunos artistas como Francisco Silverio, Manuel Galicia de Villavicencio o José Benito Ortuño, que emplearon la talla dulce sobre planchas de cobre, aunque esto no supuso la desaparición de la entalladura que siguieron usando los grabadores anónimos o el monogramista M.V.[En] The representation of the Franciscan saints in the engravings made during the 18th century in New Spain to decorate books and posters of university dissertations is to be very common. Among these saints occupy a prominent place the founder of the order, St. Francis of Assisi, and one of the most venerated, St. Anthony of Padua. There are also engravings dedicated to other less known Franciscans such as Salvador de Horta, Andrés de Conte or Jacobo della Marca, or the first saint and martyr of New Spain, Saint Philip of Jesus, whose graphic representations in the Viceroyalty were very common. The eighteenth century has to be considered the Golden Age of viceregal graphic art, thanks to the work of the some artists such Francisco Silverio, Manuel Galicia de Villavicencio or José Benito Ortuño, who skillfully carved on copper plates, although this did not mean the disappearance of the woodcut that anonymous engravers or the monogram M. V. kept using.