Cortesía e ilocución en el discurso político

  1. MANDRU CHOBU, TATIANA
Zuzendaria:
  1. César Hernández Alonso Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Valladolid

Fecha de defensa: 2003(e)ko abendua-(a)k 22

Epaimahaia:
  1. Antonio Briz Gómez Presidentea
  2. Luis Antonio Santos Domínguez Idazkaria
  3. Antonio Álvarez Tejedor Kidea
  4. Félix Rodríguez González Kidea
  5. Manuel Casado Velarde Kidea

Mota: Tesia

Teseo: 103479 DIALNET

Laburpena

Somos más o menos conscientes de cómo usamos el lenguaje, y tenemos un sistema de ideas, sobre cómo es mejor y más apropiado usarlo, para qué y por qué. El objetivo de este trabajo ha sido intentar descubrir cuáles son los mecanismos más comunes del lenguaje político, entendiendo por tal la lengua especial utilizada por nuestros políticos en el cumplimiento de sus funciones. La propia investigación nos ha llevado finalmente a distinguir entre dos tipos de léxico: en primer lugar, el puramente jergal, específico de la política; y, en segundo lugar, aquel otro, más abundante, que puede ser utilizado también fuera del ámbito político, porque, en definitiva, la mayor parte del léxico político es la lengua española empleada en contexto político. El núcleo principal de nuestro corpus, el Diario de Sesiones de las Cortes de Castilla y León 1991-2002, y el Debate del estado de la Nación de 1992, son discursos más o menos preparados o espontáneos en la Cámara que fueron grabados y luego publicados como texto. Nuestro análisis, además de implicar la necesaria exégesis del discurso, atendiendo a procedimientos cuantitativos, discursivos, y pragmalingüísticos, es interpretativo. Los enunciados que forman la base de nuestro análisis son 1033. Hemos contrastado los índices registrados por los actos de habla según la taxonomía de Searle y mantienen el siguiente orden de frecuencia en el corpus: Directivos (47.14%); Asertivos, (31.95%); Expresivos, (1075%); y Comisivos, (10.16%). Los datos globales de nuestro corpus revela una clara preferencia de los oradores políticos, cuando desean mitigar las amenazas a la imagen del otro que suponen los desacuerdos y las críticas, por la cortesía negativa con un 56.05%, y es más inusual la positiva con un 24.78%.